Estado en que quedó el Peugeot 306 en el que iba, en el asiento del copiloto, el joven fallecido, Joan Serra.

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Un grave accidente de circulación segó la vida ayer por la mañana de Joan Serra, un mallorquín que el domingo pasado había cumplido 25 años y que trabajaba como camarero en un conocido restaurante de es Pujols. El accidente ocurrió a las nueve de la mañana en el punto kilométrico 3,3 de la PMV-820-1, la carretera que va de es Pujols hacia la Savina entre s'Estany Pudent y las salinas den Marroig, en la zona del cruce de sa Roqueta y frente al supermercado La Laguna. El vehículo, un Peugeot 306 de color negro en el que circulaban cinco personas, se salió de la calzada por exceso de velocidad, mordió el arcén de tierra situado a la derecha de la vía y se subió a la acera del supermercado rompiendo un poste señalizador y, tras dar varias vueltas de campana, quedó volcado con las ruedas hacia arriba.

El tramo en cuestión está formado por un par de rectas enlazadas y justo antes del lugar del accidente hay una ligera curva hacia la derecha, punto en el que el conductor, Andrés Jesús M.R., de 22 años, perdió el control del coche. Algunas fuentes indicaron que los pasajeros aseguraron que se les había cruzado una moto, lo cual no puede descartarse, ya que en dicho punto, el de la salida de la vía, hay un desvío hacia la playa, aunque esta información no se ha podido confirmar.

Sin cinturón

Pese a lo aparatoso del accidente, testigos presenciales señalaron que los ocupantes del vehículo apenas presentaban otra cosa que pequeñas heridas y contusiones. Pero Joan Serra, que iba en el asiento del copiloto, falleció, según los informes preliminares, porque no llevaba el cinturón de seguridad puesto y con el violento impacto se desnucó. Los otros ocupantes del vehículo eran José Miguel C.G. de 18 años que resultó ileso; Francisco R.V., de 24 años, e igualmente ileso; y Javier A.B. de 23 años que fue trasladado en helicóptero a Can Misses al presentar un cuadro grave y ante la necesidad de efectuarle un TAC.

Lo más trágico del caso es que Joan Serra había cumplido 25 años el domingo pasado pero no fue hasta este fin de semana que amigos suyos pudieron desplazarse desde Mallorca para celebrarlo con él. El conductor del vehículo, granadino de origen, que ayer estaba en observación en el Hospital de Formentera, era compañero de trabajo del fallecido y compartía apartamento con él por lo que se encontraba en un verdadero estado de shock.

Graves deficiencias en la atención psicológica

El accidente de ayer dejó de manifiesto las graves deficiencias en el servicio de atención psicológica a las víctimas o los familiares de víctimas de accidentes, maltratos u otras cuestiones que precisan de una atención especializada en Formentera. En la mayoría de los casos, cuando las víctimas acaban en el Hospital de Formentera se da por sentado que en dicho centro médico deben tener psicólogos y psiquiatras para atender estas emergencias cuando, en realidad, no es así, por lo que en innumerables casos no se presta la atención psicológica preceptiva.

En el caso de ayer fue la propia Cruz Roja la que alertó de la urgencia activando el protocolo para este tipo de emergencias; pero, curiosamente, cuando la persona encargada de atender la urgencia había llegado al HdF, se desconvocó la emergencia presuponiendo que al estar en el hospital, sería el personal del mismo quien se encargaría del caso. La psicóloga que atendió la urgencia y se desplazó al hospital recibió una nueva llamada de Cruz Roja que anulaba su servicio y cuando explicó lo que estaba sucediendo y la necesidad de estar ahí, le dijeron que si lo hacía y se quedaba era bajo su propia responsabilidad y que no se le iba a pagar el servicio.