El coche en el que viajaban los cuatro israelíes fallecidos recibió decenas de disparos. | RONEN ZVULUN

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Cuatro israelíes murieron ayer en un ataque con armas automáticas en una carretera junto a la ciudad cisjordana de Hebrón, en lo que parece ser un intento de milicianos palestinos de sabotear el relanzamiento de las negociaciones de paz directas, que comienzan mañana en Washington.

Del ataque se han responsabilizado tanto la milicia del movimiento nacionalista Al Fatah, que lidera el presidente palestino, Mahmud Abás, como la del movimiento islamista Hamás, que rechaza las conversaciones, aunque por el momento la cumbre no parece estar amenazada.

Funcionarios próximos al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu -de camino a Washington cuando se produjo el ataque-, dijeron que Israel no suspenderá el relanzamiento de las negociaciones de paz y que «sigue en vigor la política de reacción para este tipo de ataques».

El ataque tuvo lugar en la carretera 60, que cruza Cisjordania de sur a norte, a la altura del asentamiento judío de Kiriat Arba.

«Puedo confirmar que hay cuatro muertos», se limitó a decir el portavoz de la policía israelí Miki Rosenfeld, mientras que testigos presenciales relataron que el coche y las víctimas fueron alcanzados por decenas de balas.

Las víctimas

Las víctimas son dos hombres de 25 y 40 años y dos mujeres de la misma edad, una de ellas embarazada, residentes los cuatro en el asentamiento judío de Bet Hagay, en Hebrón.

El informe sobre el ataque contra un vehículo israelí lo recibieron primero los organismos de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), a una hora en la que los palestinos rompían el ayuno del mes de Ramadán.

«No hay duda de que el ataque de hoy -ayer- es muy grave, que se produce en un momento crítico, pero la retirada de las negociaciones o del proceso (por comenzar) será únicamente una victoria de nuestros enemigos», declaró Eitan Cabel, diputado del Partido Laborista, en el gobierno de Netanyahu.

El diputado respondía así a las exigencias de los colonos que se concentraron en el lugar de los hechos para exigir el regreso del primer ministro.