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De titular indiscutible al ostracismo más absoluto. De una renovación sin sentido por dos temporadas a razón de 950.000 euros por campaña -es el tercer futbolista mejor remunerado de la plantilla- al aislamiento. El papel secundario de Fernando Varela Ramos (Dos Hermanas, 1979) está plagado de incógnitas, unas dudas que Gregorio Manzano no ha sabido, podido o querido disipar. ¿Qué pasa con Varela? ¿Su exclusión se debe a motivos exclusivamente deportivos? ¿O hay algo más? ¿Qué ha sucedido entre el jugador y el entrenador? Nadie en el seno del Real Mallorca ha sido capaz de explicar por qué el tercer jugador mejor pagado, un futbolista que ha promediado cerca de 35 partidos oficiales por campaña y que en el presente curso, con el final de la primera vuelta oteando el horizonte, sólo ha intervenido en cuatro encuentros entre Liga y Copa del Rey.

Precisamente ese número de partidos invita a la sospecha. Y es que Varela todavía está en disposición de cambiar de aires en el presente mercado invernal y marcharse a otro club de Primera División al no haber disputado todavía cinco encuentros oficiales. Es por ello que la cita de mañana ante el Rayo Vallecano, en el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey, se antoja decisiva para conocer su destino. Y es que si interviene un minuto en el partido frente al conjunto rayista, a Varela se le cerrarán todas las puertas del resto de clubes de la máxima categoría. Es probable, asimismo, que su representante se desplace a la Isla para estudiar su futuro.

La situación de Varela resume la pésima planificación deportiva que han realizado la dirección deportiva y el entrenador. Renovado de prisa y corriendo hace apenas trece meses para las dos próximas temporadas -prorrogable a un tercero en función del número de partidos que dispute la última campaña-, el futbolista sevillano es un lujo que el club, en situación crítica, no se puede permitir. Y esa política de contratos largos y jugosos a futbolistas sin recorrido en el fútbol -este año cumplirá 31 años- es una de las causas que han empujado a la entidad balear al actual estado de indefensión financiera que azota sus cimientos. Jugadores con el coste de Varela o el de Webó -cuyo salario anual sobrepasa el millón de euros- han provocado el enorme déficit que asola el Real Mallorca.

A pesar de su gravoso coste económico, Gregorio Manzano ha optado por condenarle al ostracismo prácticamente desde que alcanzó el primer tercio. El ex jugador del Betis fue titular en la segunda jornada frente al Villarreal (jugó 64 minutos y fue sustituido pro Castro); dos semanas más tarde en Sevilla (Borja entró por él a los 59 minutos) y disputó todo el partido ante el Barça. Entre medias, jugó casi todo el encuentro copero frente al Valladolid. es decir, tres partidos de Liga y otro de Copa. Desde aquel 7 de noviembre en el Camp Nou, Varela no sólo no ha vuelto a participar sino que ni siquiera se ha sentado en el banquillo, ya sea por lesión o por decisión del entrenador que dio el visto bueno a su renovación y que ahora no cuenta con él.

Preguntado por el interior sevillano el pasado domingo, Manzano apuntó: «Está perfectamente y espero que ante el Rayo pueda disponer de minutos»... Si juega mañana, Varela no podrá irse a otro Primera.