El consejero de Interior del Gobierno Vasco, Rodolfo Ares, en la manifestación convocada por Gesto por la Paz en Bilbao. | Alfredo Aldai

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El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ordenó ayer el ingreso en prisión incondicional para los cinco presuntos etarras detenidos el pasado martes en Vizcaya y Guipúzcoa por la Ertzaintza, a quienes imputa, entre otros, los delitos de pertenencia y colaboración con ETA y estragos.
En concreto, el magistrado acusa de pertenencia a organización terrorista, estragos y tenencia de explosivos al supuesto jefe del comando, Ibon Iparragirre Burgoa, y a Asier Badiola Lasarte.
A los otros tres detenidos, que ayer declararon ante Velasco -Jon Iñaki Esnaola Alba, Xeber Uribe Beitia y Javier Zubizarreta Legardi-, el juez les acusa del delito de colaboración con banda armada y, además, a Zubizarreta de tráfico de drogas.

Declaración

El juez Velasco, que interrogó a los miembros de este grupo de 'legales' (no fichados por la policía) durante más de siete horas, les atribuye su participación en cinco acciones terroristas, entre ellas los atentados contra la comisaría de la Ertzaintza en Ondarroa (Vizcaya) en septiembre de 2008; los ataques contra la maquinaria de empresas que participan en la construcción del tren de alta velocidad en Orio y Urrieta (Guipúzcoa); contra un repetidor de comunicaciones en Azpeitia, también en Guipúzcoa, y contra la casa del pueblo del PSOE en la localidad guipuzcoana de Elgoibar.
Aparte de estos cinco arrestados, el jueves fueron detenidas en el marco de la misma operación policial contra ETA otras dos personas (Zubeltz Bedialauneta y Urtza Alkorta -que fue en las listas ilegalizadas de ANV en las últimas municipales-), que previsiblemente declararán ante el magistrado la próxima semana.
Operación
En la operación desarrollada por la Ertzaintza se localizaron tres zulos en las proximidades de Ondarroa (Vizcaya), en los que los presuntos etarras acumulaban casi cuarenta kilos de material explosivo, según fuentes del departamento vasco de Interior.
Tras realizar una inspección de los zulos, en la que participó el presunto jefe del grupo, Ibon Iparragirre Burgoa, la Ertzaintza comprobó que éste utilizaba uno de los escondites, al parecer una cueva natural, para depositar las armas.
En otro de los zulos que descubrieron los agentes en una zona de monte en el entorno de Ondarroa se hallaron 30 kilos de explosivos, entre nitrato amónico, pentrita y cordón detonante, además de polvo de aluminio, nitrato de aluminio y nitrometano, un reforzante utilizado por ETA durante los últimos años para la fabricación de amonitol, un explosivo con gran capacidad destructiva.
Además, en los diferentes registros practicados, la Ertzaintza halló documentación y material informático, pentrita y cordón detonante en condiciones para ser utilizado, así como dos armas cortas y más de un centenar de cartuchos.