Sus Majestades, saludando a su llegada al Moll Vell. | M. À. Cañellas

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Fieles a la tradición, con puntualidad y desafiando a la adversa climatología, Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente llegaron a todos los rincones de Mallorca con un enorme cargamento de juguetes e ilusión.
Niños y mayores acudieron masivamente a las diferentes cabalgatas que se celebraron en toda Isla como preludio de la noche más mágica y deseada por los más pequeños.
La cabalgata celebrada en Palma no tuvo un inicio fácil. Instantes después de que los Reyes Magos desembarcaron en el Moll Vell, se inició un fuerte aguacero que hizo peligrar su celebración. No obstante, la ilusión de los niños y la paciencia de los padres se impusieron a la lluvia. Algo parecido se produjo en diferentes puntos de Mallorca, en los que la lluvia hizo acto de presencia.
Los más pequeños tuvieron ayer por la oportunidad de ver a los Reyes Magos, a los que con anterioridad habían escrito sus cartas en las que pedían sus juguetes.
Las cabalgatas fueron ayer el prólogo de un día en el que los niños despertarán para saber si los Reyes Magos han cumplido sus deseos. Para la mayoría así será, porque la ilusión y la imaginación de los más pequeños no conoce límites.