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El Consejo de Ministros aprobó ayer el anteproyecto de reforma de la Ley del Registro Civil, prevista en el Plan de Modernización con el objetivo de facilitar al ciudadano la consulta y acceso desde cualquier lugar, de forma que se creará un registro único que suprime trámites administrativos innecesarios.
Así lo aseguró el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, en la rueda de prensa posterior al primer Consejo de Ministros del año, en la que ha destacado que el nuevo Registro Civil «no persigue colocar ordenadores y nuevas tecnologías al tradicional (...), sino que cambia de arriba a abajo la concepción de nuestro registro actual»
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, valoró el anteproyecto pues creará un registro «moderno, rápido, accesible, sustentado en las nuevas tecnologías y pensado para los ciudadanos», y ha destacado que con esta reforma se descargará a los jueces «de una tarea que no aportaba valor» y se dedicarán a temas jurisdiccionales.
Escaneados 110.000 libros
Caamaño ha explicado que el nuevo registro será de personas y no de hechos -como el actual, vigente desde 1957- y para ello se creará un registro electrónico único, con una base de datos común para toda España, en la que cada ciudadano tendrá una ficha personal única, donde constará todo su historial civil y que se abrirá con la inscripción de nacimiento, cuando se le asignará un Código Personal de Ciudadanía (CPC), que servirá para todos los trámites.
De esta forma, se sustituirán los libros físicos de registro por la mencionada base de datos, y el ciudadano podrá consultarlo por internet o realizar trámites en cualquiera de las oficinas del país, así como obtener certificaciones telemáticas, que podrán solicitar en cualquiera de las lenguas oficiales.
En este momento, según Caamaño, se ha digitalizado ya están en soporte digital la práctica totalidad de los asientos registrales hasta el año 1950, lo que ha supuesto escanear mas de 110.000 libros con más de 68 millones de páginas donde se recoge la vida de los españoles, y ha recordado que está previsto que el proceso concluya para mediados de 2010. El ministro subrayó que con la reforma se desjudicializa el registro para que los jueces «se dediquen a juzgar y ejecutar lo juzgado», y pasa a configurarse como órgano administrativo, dependiente del Ministerio de Justicia.
El nuevo Registro Civil se articulará en tres órganos sin dependencia jerárquica y con funciones muy específicas: oficinas generales, oficina central y consulares.
Las primeras desarrollarán las funciones ordinarias y en cada autonomía. La oficina central inscribirá las resoluciones de la Dirección General de Registros y del Notariado, los documentos auténticos extranjeros y se encargará de la cooperación jurídica internacional en materia registral, mientras que las consulares no varían sustancialmente con respecto al actual modelo.