Gregorio Manzano dirige un entrenamiento del Real Mallorca en Son Bibiloni. | T. Monserrat

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El Real Mallorca busca hoy defender su posición de privilegio en un estadio desconocido, -debuta en el Cornellà-El Prat (17:00 horas, PPV)- y contra uno de los rivales más incómodos, el Espanyol. Desde que el equipo balear regresó a Primera, sólo ha ganado en dos ocasiones y empatado en una. El resto han sido derrotas. Casi nada. Se le atraganta el Espanyol, es uno de esos equipos a los que no hay manera humana de meterle mano, da igual el estado de ánimo, las rachas, los jugadores y los entrenadores. Ahora, sin embargo, empieza una nueva etapa. Abandonado Montjuïc, el conjunto de Manzano se aferra a que en Cornellà la historia pintará diferente, pero abrá que verlo.

La escuadra isleña defenderá hoy su privilegiada zona Champions y lo hará ante un rival metido en muchos líos, sumergido en los bajos de la tabla y sin encontrar una guía sólida para recuperar la personalidad. El Mallorca viaja tras perder en Copa ante el Getafe y antes de disputar precisamente el partido de vuelta contra el equipo de Míchel. Simplemente no hay descanso.

Metidos en esa incómoda sensación de verse más fuera que dentro de la competición del KO, hoy el equipo debe volverse a poner el traje de la Liga y hacerlo además sin tres de sus cuatro delanteros. Webó, Víctor y sobre todo Aduriz causan baja, por lo que será Keita el hombre referencia ahí arriba, al menos desde el primer minuto. Es cierto que tiene velocidad y que es difícil de marcar, pero también es una realiadad la capacidad que tiene para liarse el solo, para ahogarse de balón y no ver al compañero, para ser demasiado previsible tanto en sus gestos como en su intención de disparo. No es un jugador de noventa minutos, así lo entiende Manzano, que hoy deberá echar mano de él ante el 'virus' de bajas que ha invadido la delantera.

El 'as' en la manga es Sergi Enrich, pero antes de echar mano del jugador menorquín, Manzano confía en que cualquiera, en este equipo, pueda marcar. Hoy por ejemplo todos los jugadores que presumiblemente serán titulares han marcado. Sólo Corrales, Ramis y Josemi no lo han hecho, pero el resto ha visto puerta. El equipo no depende de un jugador para marcar, pero no es menos cierto que sin Aritz Aduriz, el once balear pierde gran parte de su poder anotador. Aun así, hombres como Borja Valero, Castro y Julio Àlvarez suman ya cuatro tantos cada uno de ellos, de ahí que no todo esté perdido pese a las ilustres ausencias con las que el Mallorca afronta el choque liguero.

Hoy además se echa el cierre al a una primera vuelta histórica en la que el equipo isleño puede situarse con 36 puntos en caso de victoria y quedarse sólo a seis de asegurarse la permanencia. Los de Manzano han hecho de sobra los deberes en la primera ronda de campeonato y esto les permite afrontar encuentros como el de hoy sin la presión de otros años, donde no estaba en una posición tan cómoda. Esta tarde el terreno de juego puede ser un campo de minas para el Espanol, es quien tiene que salir atenazado por su situación y por las bajas. El Mallorca debe hacer lo que más sabe: Templar, esperar y asestar la puñalada cuando más duele. Cuando ya no hay tiempo para la reacción.