El director deportivo del Real Mallorca, Nando Pons, en una imagen captada en las oficinas de Son Moix. | P. Pellicer

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Pons para rato. El director deportivo del Real Mallorca ha hecho saber a su círculo de confianza que no tiene previsto dimitir por el escándolo de la trama inmobiliaria que dio a conocer este periódico el pasado viernes. Según ha podido saber esta redacción, Pons se remite a su contrato blindado como 'escudo protector' y pese a que el grueso del consejo pedirá el jueves su marcha, la intención de Nando es la de continuar en el club.
Ultima Hora desveló el pasado viernes que Pons y Marcos habían participado en la creación de una empresa, Mallorca Klepe SL, dedicada a negocios inmobiliarios. La sociedad fue extinguida años después, no sin antes haber vendido una casa a Fernando Varela, actual jugador de la pimera plantilla del Mallorca.
Esta situación ha causado una verdadera alarma social en el entorno del club y en el propio órgano de poder de la entidad se ha trazado una línea divisoria clara: Nando y Marcos en una parte y el resto en otra, pero aun así ni uno ni otro, a día de hoy, tienen previsto abandonar el club debido a esta polémica trama.
Vicenç Grande renovó a Nando Pons hasta 2014 poco antes de que su grupo de empresas entrara en concurso y a su vez se pusiera en marcha la tramitación de la venta del club. Con un contrato largo y blindado para que cualquier comprador tenga forzosamente que contar con él, Pons ha conseguido con sus actuaciones que la indignación se instale en el consejo hasta el punto de que en la reunión prevista para este jueves el vicepresidente José Miguel García pedirá explicaciones y solicitará su marcha del club. El segundo máximo accionista manifestó el domingo sentirse «estremecido» por las noticias que ha podido constatar durante estos últimos días. García ya ha mostrado en reiteradas ocasiones su disconformidad con el trabajo de Pons, sobre todo ha mostrado su contrariedad con las comisiones que se pagaron y que según su opinión, estos pagos «son los culpables de la crisis económica que sufre el club». De hecho, García siempre ha buscado respuestas a situaciones, cuando menos sospechosas, en los que han estado envueltos algunos de los recientes fichajes del Mallorca. En el caso de Keita, el jugador llegó libre, pero se pagó una prima de fichaje de 1,8 millones de euros. Otra situación que indignó en su momento al vicepresidente fue la operación del fichaje del portero Dudu Aouate. En aquellos momentos el presidente del club, Joaquín García, autorizó el pago de comisiones superiores al medio millón de euros, cifras difícilmente comprensibles cuando el precio del traspaso acordado con el Deportivo de La Coruña era de 800.000 euros. Este tipo de situaciones causaron ya una profunda indignación en el grupo de consejeros que más dinero han invertido en el club y que ahora ven cómo algunos de sus empleados de 'lujo' tenían incluso tiempo para vender pisos.