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Una se le puede escapar, pero a Óscar Freire (Rabobank), dos veces no se le gana con facilidad. El triple campeón del mundo quiso extender su leyenda en la Challenge -ya lleva seis victorias- y se llevó el Trofeo Cala Millor Son Servera (172,4 km. a 40,6 km/h) con autoridad, demostrando que todavía le queda cuerda. Y lo hizo por delante del mejor sprinter el momento. André Greipel (HTC Columbia) tendrá que esperar, pues el de Torrelavega quería decir la suya en Mallorca, y lo consiguió. La victoria de Freire fue la culminación de un trabajo a conciencia de su equipo, ayudado por el Katusha y en ocasiones por el Caisse d'Epargne, a la hora de neutralizar la fuga larga del día.
En ella, el acento mallorquín sobresalió por encima del resto. Y es que Lluís Mas (Burgos Monumental) se propuso animar la carrera a las primeras de cambio. Nada más abandonar Son Servera, el de Ses Salines dio gas, y sólo David Deroo (Skil-Shimano) y Ronan Van Zandbeek (Van Vliet) pudieron seguir la estela del pupilo de Julio Andrés Izquierdo.
Compañía
La constancia de Mas halló premio, gracias en buena medida a la paz que reinaba en un pelotón que disfrutó del pleno balear y de un Alejandro Valverde que apuraba su concurso en la Challenge 2010. Y viendo el panorama, Manuel Ortega (Andalucía Cajasur) y Andoni Blázquez (Orbea) decidieron pegar un arreón y probar suerte en una jornada apta para los aventureros. Ellos quisieron representar ese papel y pusieron el punto de mira en el trío de cabeza, al que se unían nueve kilómetros después.
Con la permisividad del gran grupo, el quinteto se creció, fue creyendo cada vez más en que podían alcanzar su objetivo, aunque llegar a Cala Millor en solitario, y con la bendición de los equipos con llegadores, se presentaba como una misión compleja. Más, con las ganas que los Greipel, Cardoso, Koldo Fernández o Freire acumulaban tras el Trofeo Palma.
En esas, Lluís Mas seguía acumulando méritos para escalar al podio, bien como el más combativo o como ganador de algunas de las clasificaciones complementarias de la segunda prueba de la Challenge 2010. Eso, mientras sus compañeros querían arañar un instante de gloria.