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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acudió ayer al Congreso decidido a tender puentes para pactar la salida a la crisis, pero se topó con el líder del PP, Mariano Rajoy, que le puso un peaje y se permitió invitar al PSOE a echar a su jefe.
Una 'troika' integrada por la vicepresidenta económica, Elena Salgado, y los ministros de Fomento, José Blanco, e Industria, Miguel Sebastián, va a encargarse durante los próximos dos meses de buscar el acuerdo con las fuerzas políticas.
La idea, lanzada por Rodríguez Zapatero en su comparecencia ante el pleno sobre política económica, fue acogida con escaso o nulo entusiasmo por su principal destinatario, Mariano Rajoy, que se afanó en atacar a Zapatero por varios flancos.
Luego le puso una serie de condiciones como peaje previo para cruzar el puente del diálogo, incluida la renuncia a subir impuestos; como colofón, una triple traca dialéctica respaldada con una enorme ovación por los diputados del grupo popular.
Primero pidió a Zapatero que rectifique «a fondo» su política económica, en segundo término le instó -eso sí, con absoluto escepticismo- a disolver las Cámaras, y en tercer lugar se dirigió a los socialistas para recomendarles que echen al presidente investido como tal gracias a sus votos.
Dura respuesta
Cuando el presidente subió de nuevo a la tribuna miró directamente a Rajoy y trató de desarmar sus últimos ataques con una dura respuesta que encantó a la bancada socialista.
Así, le retó, «si tiene valentía y coraje», a presentar una moción de censura y le afeó que recurra a los diputados del PSOE para quitarle de en medio cuando él no lo consiguió las dos veces que perdió las elecciones.
El líder del PP reiteró algunas de las medidas básicas que a su juicio hay que tomar para salir de la crisis, como volver a la Ley de Estabilidad y cumplir los acuerdos aprobados en el Congreso sobre pymes y reducción de altos cargos. «Si no, no me puedo hacer corresponsable porque sería un irresponsable, lo entiende usted», le aseguró a Zapatero.