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El Ajuntament de Pollença tendrá que expropiar por valor de 1.560.000 euros dos solares de 1.000 y 2.260 metros cuadrados que en el año 1991 fueron clasificados como zona verde. Dos sentencias del Tribunal de Expropiaciones obligan al Consistorio a hacer frente a las indemnizaciones que dejan en una difícil situación a la Corporación municipal, que atraviesa uno de los peores momentos económicos de su historia.
No serán las últimas sentencias condenatorias. El alcalde, Joan Cerdà, consciente de las dificultades económicas del Ajuntament, advierte de que faltan otras sentencias del mismo tribunal por llegar. «Quedan bastantes solares clasificados como zonas verdes en 1991 y que aún no se han expropiado, esto no es el final, es solo el principio de un gran problema», dice Cerdà.
El origen del problema
El problema tiene su origen en el planeamiento urbanístico aprobado en el año 1991 y que desclasificaba un buen número de solares, entonces urbanizables, que pasaban a ser zonas verdes. Dicho planeamiento, que protegía principalmente los alrededores del Calvario pero también otras zonas sensibles como la Gola, debía desarrollarse entre 1991 y 1998, período en el que el Ajuntament preveía expropiar los solares utilizando los ingresos económicos resultantes del desarrollo de otros urbanizables de Pollença algunos de los cuales (es el caso de Cala Carbó, el Ullal o la zona superior del Vilar) nunca se llegaron a desarrollar. Parte de ellos han sido posteriormente desclasificados por el Govern balear.
Así las cosas, transcurrido el plazo que fija a la ley para completar las expropiaciones (se preveía concluir el desarrollo del Plan General de Ordenación urbana en el año 1998) los propietarios, que habían perdido sus derechos de construcción sin ninguna compensación, recurrieron a los tribunales para solicitar la expropiación forzosa de sus terrenos al justo precio que marca el mercado inmobiliario que es el que ahora ha fijado el tribunal.
Los dos solares que ahora han sido objeto de la resolución son un solar de 1.000 metros cuadrados situado en las inmediaciones del Calvari en Pollença y una segunda zona verde situada en el interior del pueblo, detrás del centro de cultura y que se conoce con el nombre de Can Bach.
Las expropiaciones de la zona verde de la Gola han costado cerca de 4 millones de euros aunque en este caso el Ajuntament alcanzó un acuerdo con la Conselleria de Medi Ambient para poder hacer frente al gasto.