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El president Antich, que habló con Munar pero evitó las declaraciones a los medios, no tiene intención de anticipar las elecciones tras la dimisión de la presidenta de la Cámara, según comentó a su círculo más próximo. El adelanto electoral siempre ha sido para el president la última opción y si hay que tomar esta decisión se tomará atendiendo a otros condicionamientos, sin que la renuncia de Munar cambie esta estrategia.
La primera ficha a mover en la nueva situación es la de la presidencia de la Cámara. Aunque Munar no presentará formalmente su renuncia hasta el próximo martes (el lunes es festivo), la vicepresidenta primera, la socialista Aina Rado, asume la presidencia hasta la elección formal, que podría producirse, a más tardar, en el pleno del día 9.
Iban a boicotearla
La dimisión de la presidenta del Parlament, algo ya de por sí inédito (el socialista Diéguez también dimitió tras ocupar durante menos de un mes el cargo en 1999) se produce en un momento muy especial: en plena conmemoración del 'Dia de les Illes', la fiesta autonómica que conmemora la aprobación del Estatut en 1983. Maria Antònia Munar tenía previsto pronunciar el lunes el discurso institucional en la recepción que se celebra el Parlament. De no haber dimitido, los partidos del Bloc, iban a analizar el fin de semana, un 'plante'. Su dimisión evita este incómodo hecho, que tampoco tiene precedentes. La socialista Aina Rado será la encargada.
El PP considera que la presidencia del Parlament le corresponde a él porque han cambiado las mayorías. Se requiere mayoría absoluta. Algunas fuentes del PP señalan a Francesc Fiol, pero otras se inclinan por Pere Rotger. Los socialistas dijeron ayer que ellos están en condiciones de asumir el puesto. UM sigue siendo decisiva para el cargo, que aún no se ha planteado si aspira a conservar ya que da el pacto por roto.