Los jugadores del Real Madrid celebran el segundo gol del equipo blanco. | Chema Moya

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REAL MADRID 3

SEVILLA 2

Real Madrid: Iker Casillas;Sergio Ramos, Garay, Raúl Albiol, Arbeloa (Van der Vaart, m.55); 'Lass' (Guti, m.55), Xabi Alonso, Marcelo; ; Kaká (Raúl, m.75), Cristiano Ronaldo e Higuaín.

Sevilla: Palop; Konko (Adriano, m.20), Stankevicius, Dragutinovic, Fernando Navarro; Jesús Navas, Fazio, Zokora, Capel (Kanouté, m.46); Perotti; y Negredo (Duscher, m.75).

Goles:
0-1, m.10: Xabi Alonso en propia puerta.
0-2, m.53: Dragutinovic.
1-2, m.Cristiano Ronaldo.
1-2, m.60: Cristiano Ronaldo.
2-2, m.64: Sergio Ramos.
3-2, m.91: Van der Vaart.

Àrbitro: Iturralde González (comité vasco) Amonestó a Arbeloa (31), Marcelo (86) y Van der Vaart (91) por el Real Madrid, y a Dragutinovic (13), Stankevicius (26), Capel (44), Fernando Navarro (58) y Kanouté (61) por el Sevilla.


El Real Madrid aprovechó el traspié del Barcelona en Almería para arrebatarle el liderato de Liga, en un gran partido ante el Sevilla, vertiginoso, en el que levantó dos goles con una remontada épica liderada por José María Gutiérrez 'Guti' y ejecutada sobre la hora por Rafael Van der Vaart (3-2).

El Real Madrid venció uno de esos encuentros con sabor a título. Un partido para el recuerdo que marcará su caminar en una temporada en la que sueña con Liga y Liga de Campeones. Un duelo grande, para el que reservó su fútbol más brillante, ante un buen Sevilla que acabó acorralado, entregando el triunfo tras estar cerca de derrumbar la fortaleza del Santiago Bernabéu.

Se advertía batalla táctica entre Manuel Pellegrini y Manolo Jiménez. El Real Madrid con sus cartas marcadas. El Sevilla sorprendiendo con un planteamiento que le dio resultado. Fazio de destructor en el centro del campo. Diego Perotti con libertad de movimientos entre líneas. Navas y Capel los puñales en banda.

Un duelo trascendente que se inició a un ritmo alto del que salió beneficiado el Sevilla. Medían la velocidad de su fútbol los dos equipos, cuando el 'plan anti extremos' de Pellegrini se derrumbaba. Navas cogía la espalda de Arbeloa. La jugada acababa en el otro costado donde Capel lanzaba un centro que acabó en la red. Xabi Alonso llegó forzado al despeje y marcó en su portería.

El criterio lo ponía el Sevilla ante un Real Madrid acelerado. Conocedor del pinchazo del líder. Consciente de que era una oportunidad única en su firme caminar al título. Fueron veinte minutos con exceso de taconazos y falta de efectividad. Con 'Lass' ausente, sin personalidad a la sombra de Xabi Alonso, y Kaká sin encontrar su hueco.

Se lesionó Konko y entró Adriano. Hasta salía ganando Jiménez que comenzó a intuir la avalancha madridista. Xabi Alonso iniciaba un festival de ocasiones con el primer tiro a puerta, en el minuto 22, que detuvo Andrés Palop. Se iniciaba el festival de uno de los porteros en mejor estado de forma del planeta.

En veinte minutos el Real Madrid generó hasta ocho ocasiones. Alejado de la efectividad de sus dos últimos encuentros, en los que anotó once goles, pero con momentos de un fútbol vertical y brillante. Kaká remató fuera un testarazo a pase de Cristiano, Palop sacó de abajo dos lanzamientos de Marcelo, un chut potente pero centrado de Higuaín, dos disparos de Cristiano y un pase de la muerte de Ramos.

La afición del Bernabéu empujaba, consciente de la importancia de la noche, y Cristiano, ausente media hora, despertaba de su letargo para liderar el ataque. Por el centro. Cayendo a un costado. De sus botas nacía siempre peligro ante un Sevilla que pedía el descanso a gritos y se agarraba a algún contragolpe liderado por Navas.

Nacía la segunda parte con el mismo guión cuando un grave error compartido entre Iker Casillas y Xabi Alonso dejaba al Real Madrid en las cuerdas. Una falta lejana, sin aparente peligro, la colgó Dragutinovic a una zona sin ningún sevillista. Alonso decidió dejar pasar la bola e Iker reaccionó tarde para ver entrar el esférico pegado a su palo derecho, impotente ante un gol absurdo (min.53).

Restaba un mundo por delante. Era la hora de demostrar las credenciales de un equipo que aspira a todo. Su personalidad. Y Pellegrini se encomendó a Guti. La genialidad del 14 no le falló. Tan irregular como brillante, su entrada en escena y la de Rafael Van der Vaart cambiaron el partido. Se inició el asedio.

El criterio del Sevilla fue evaporándose según reculó metros sobre el césped y apareció la épica madridista. Guti se asociaba con Xabi como no sabe 'Lass', el Real Madrid pasaba a jugar de primera y Palop se preparaba para el encuentro con más intervenciones de su carrera.

La primera la tuvo fácil. Kaká, silbado por el Bernabéu, perdonó un mano a mano escorado con un disparo blando. Nada pudo hacer cuando Higuaín se rehizo de un error, luchó un balón perdido que desató un ataque con centro de Marcelo que acabó en un balón muerto que mandó a la red Cristiano para reabrir el duelo (min.60).

El espíritu de lucha de pasadas temporadas se reavivó, la confianza encontró premio tras un zurdazo al larguero de Guti de 30 metros. Ramos, extra motivado ante el equipo que le crió, igualaba el marcador con un testarazo a la salida de un córner (min.64). Y la dinámica del partido comenzaba a declinar la balanza hacia el lado madridista.

No lo tendría fácil. La mejor versión de Perotti, driblador nato y con una velocidad imparable, frenó la euforia del Bernabéu por momentos. No encontró nunca rematador. Con Kanouté solo, como una isla, y sus diez compañeros por detrás con pinturas de guerra ante la avalancha.

De nuevo el palo salvó por momentos al Sevilla. Higuaín buscó con ansia su momento pero su derechazo lo repelió la madera y en otra acción individual rozó la escuadra tras sentar a su defensor con un recorte previa asistencia entre líneas 'made in Guti'.

El tiempo se agotaba. Los centros desde los costados no cesaban. Cristiano buscaba todos sin éxito, pero se cumplía el 90 cuando un balón muerto lo estrelló en Raúl. Todos creían en la remontada y la consumaron en el descuento.

Cuando la crítica señalaba que el Real Madrid volvía a fallar en los duelos grandes, otro centro de Ramos lo remató Higuaín, lo sacó como pudo Palop y empujado por todo el estadio Van der Vaart lo convirtió en gol para hacer líder a su equipo, empatado a puntos con el Barcelona, tras un duelo de altos vuelos.