Juanjo Salvador, central del Unicaja Almería, sostiene el trofeo que acredita al conjunto vencedor de la XXXV Copa del Rey de voleibol tras la final disputada frente al MultiCaja Fábregas Sport. | Javier Cebollada

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FÀBREGAS SPORT 1

UNICAJA ALMERÍA 3

MultiCaja Fábregas Sport: Danilo (16), Altayó (7), Rodrigo (20), Diego Guardiano (11), Fidalgo (3), Thornton (1) y Zebenzui (líbero) -seis inicial- García (-) y Calonge (-).

Unicaja Almería: Howatson (5), Sevillano (12), Smith (11), Soonias (21), Olteanu (20), Denmark (4) y Valido (líbero) -seis inicial- Salvador (3), Rodríguez (-) y Viciana (-).

Parciales: 21-25 (25 min.); 19-25 (24 min.); 35-33 (43 min.); y 18-25 (26min.).

Àrbitros: Bernaola y Rodríguez.


El Unicaja Almería cumplió el pronóstico que le daba como gran favorito y sumó su octavo título copero, el segundo consecutivo, al imponerse por 1-3 al anfitrión de la XXXV Copa del Rey de voleibol, el MultiCaja Fábregas Sport, en un partido en el que se confirmó la superioridad de los almerienses ante un rival que pese a sus escasos efectivos plantó siempre cara.

MultiCaja Fábregas Sport demostró en la tercera manga que la competición copera es diferente y dejó claro a su rival que iba a tener que pelear hasta el último punto y sin posibilidad de relajarse para llevarse a sus vitrinas de nuevo la Copa del Rey.

Los almerienses, respaldados en la capital aragonesa por una bulliciosa afición, no alcanzaron el nivel de juego de la semifinal frente al CAI Teruel pero su superioridad en recursos de banquillo fue determinante para poder derrotar a los zaragozanos.

El conjunto que entrena Paco Díaz, a pesar de ser el anfitrión, no entraba en los pronósticos como posible finalista y al superar al UCAM Murcia se había convertido en la gran sorpresa del torneo del KO, ya que llegaba a la cita zaragozana como último clasificado de la primera fase de la Superliga y ya descendido, pero en estos cuatro días supo sacar fuerzas de flaqueza para imponerse en dos partidos y ser un digno oponente de los almerienses.

En esta final, los ataques superaron con gran facilidad los bloqueos del rival, lo que permitió el lucimiento de los rematadores con los visitantes Bogdan Olteanu y Dallas Soonias como máximos anotadores del partido junto al local Rodrigo Mendes, todos ellos por encima de los veinte puntos.

Con 0-2 en contra, los zaragozanos siguieron peleando y en una muestra de entrega y coraje terminaron anotándose la manga que obligaba a su rival a concentrarse al máximo para no verse obligado a disputar el set de oro.

En la cuarta y última manga, los locales dispusieron de hasta tres ventajas de cuatro puntos (15-11) que hizo albergar alguna ilusión a los maños, pero la reacción de los verdes fue inapelable con todos sus jugadores ofreciendo los mejores minutos de voleibol de la final para cerrar definitivamente el partido.