Durante la rúbrica de la ley de la reforma sanitaria, el presidente Obama estaba acompañado por un pequeño que no le quitaba ojo. Se trata de Marcelas Owens, de 11 años, toda una figura para la campaña de los demócratas en favor de la reforma. La madre de Marcelas murió de una enfermedad tratable pero no pudo costearse el tratamiento después de perder su seguro médico por haberse quedado sin empleo. | Reuters

TW
1

La reforma del sistema sanitario ya es ley desde ayer en Estados Unidos, después de que el presidente Barack Obama promulgara la medida en una jubilosa ceremonia en la sala Este de la Casa Blanca. «La ley que promulgo hoy (ayer) pondrá en marcha reformas por las que generaciones de este país han luchado durante años», aseguró el presidente estadounidense, sonriente como quizás nunca desde el día de su investidura.
Ante la presencia de cerca de 280 invitados, entre los que se contaban tanto los legisladores que protagonizaron el proceso como ciudadanos comunes beneficiados por la medida, Obama firmó la medida con un total de 22 plumas estilográficas. «Firmo este proyecto de ley de reforma para convertirlo en ley en nombre de mi madre, que discutió con las compañías de seguros incluso mientras luchaba contra el cáncer en sus últimos días de vida», añadió.
«Hoy, tras casi un siglo de pruebas, hoy tras más de un año de debate, hoy después de que se han contado todos los votos, la reforma del sistema sanitario se convierte en ley en Estados Unidos», subrayó Obama. En la ceremonia se encontraban, entre otros, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi; el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, y Vicky Kennedy, la viuda del senador Ted Kennedy, quien hasta su muerte de cáncer el pasado agosto dedicó su vida en el Congreso a la reforma del sistema sanitario.
Precisamente en homenaje a Kennedy, según reveló el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, Obama lucía en la ceremonia un brazalete azul que le había regalado Vicky. Los presentes, tan entusiasmados como el propio presidente, recibieron a Obama con gritos de «fired up and ready to go» (algo así como «muy entusiasmados y listos para el ataque»), uno de sus lemas de campaña.
Al vicepresidente Joe Biden incluso se le escapó una palabrota, al estrechar la mano de su jefe y comentarle que «es un logro de puta madre».