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El rock nació y creció con versos cortos y directos, pero hoy es un método tan abierto que puedes hacer lo que quieras. Jaime Anglada lo sabe y ha cultivado su vertiente más literaria con un léxico adecuado, la secuencia narrativa bien estructurada y el revitalizante esfuerzo melódico. El cantautor conoce la diferencia entre narrador de historias y compositor de canciones, y no desea estancarse en lo primero. Le canta a la vida desde las trincheras del amor, donde marineros engullidos por ballenas y amantes que saltan desde un acantilado sirven de guía a unas historias que deambulan por el alambre. El mallorquín presenta Stereo (2010) el 7 de mayo en la sala Assaig.

-Su perfil musical permanece ligado a la figura de Springsteen, sin embargo en Stereo se percibe un mayor acercamiento a la obra de Bryan Adams.
-Springsteen es un icono, aunque quizá la comparativa es más física y, sobre todo, de corte vocal, musicalmente me siento más espejado en Neil Young. Y sí, hay algo de Bryan Adams en Stereo, principalmente inducido por el productor Pablo Ochando.

-Stereo deja abierta una fisura emocional por la que se intuye un paso hacia la madurez desde una mirada nostálgica al pasado.
-Si bien la leyenda apunta que el rock and roll tiende a retrasar la madurez, en mi caso existe un equilibrio emocional, en parte por haber sido padre. En el álbum hablo de la nostalgia hacia el vinilo, las guitarras que nos hacían soñar o las noches apostados en la pista del aeropuerto viendo a los aviones partir... Pura adolescencia que aflora, en parte, porque la echo de menos. Pero realmente no cambio lo que tengo por un regreso a la adolescencia.

-Este disco marca el inicio de un nuevo tramo musical en su trayectoria, ¿siente la necesidad de cambiar las cosas?
-Me apetecía capturar en el estudio la presencia brutal de la guitarra eléctrica tal y como suena sobre el escenario. Y creo que lo he conseguido, quizá la canción que más refleja mi auténtico sonido sea Guerrero de trapo, un tema deudor de mi admiración por Neil Young.

-Además de añadir músculo a sus canciones, ¿qué otras aportaciones le ha brindado Pablo Ochando en la producción?
-Pablo hizo un excelente trabajo en la mezcla, además ha posibilitado que puedan aflorar una serie de cualidades que tenía pero no me atrevía a exteriorizar.

-¿Escribir canciones es una terapia?
-A veces puede serlo, pero no debería. Como opción de terapia me quedo con subir al escenario, las emociones no tienen por qué ser terapéuticas.

-¿Algún proyecto futuro?
-Preparo un disco en clave folk cantado íntegramente en mallorquín.