El entrenador del Real Madrid, el chileno Manuel Pellegrini, durante la rueda de prensa que ofreció ayer. | Efe

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El Santiago Bernabéu será el escenario del clásico del fútbol español más decisivo, el que dejará prácticamente sentenciado el título liguero en caso de victoria de Real Madrid o Barcelona, que miden su eterna rivalidad con sed de venganza blanca e ilusión por seguir escribiendo historia con títulos los azulgrana.
Respeto pero no miedo. Las palabras de Cristiano Ronaldo en la previa de su primer clásico en el Bernabéu, transmiten el sentir del vestuario madridista ante su eterno rival. La plantilla del Real Madrid clama vendetta por la derrota más sonrojante, el 2-6 de la pasada temporada, y centra su gran preocupación en la forma de parar a Leo Messi.
Será el duelo individual de futbolistas ubicados por méritos propios en los altares futbolísticos, pero un cara a cara se eleva por encima del resto. Cristiano Ronaldo ante Leo Messi. Los dos futbolistas del momento en una batalla de 90 minutos que puede decidir el título de Liga.
Se agarra el madridismo como punto a su favor al factor Bernabéu. Quince partidos jugados en el coliseo blanco en Liga y quince victorias. Un feudo inexpugnable para cualquier rival, que solo la magia del Barcelona puede hacer derribar. Por eso, prepara Pellegrini un plan anti-Messi.

Por zonas

Incidió el chileno durante la semana en un marcaje por zona, sin saber con qué sorprenderá Pep Guardiola. Alvaro Arbeloa, con buenas experiencias ante el argentino del pasado, será el encargado de seguir al astro si juega en banda. Sergio Ramos lo será si Leo recibe libertad de movimientos partiendo desde el centro del ataque. Pero el Real Madrid sabe que el Barcelona es mucho más que Messi y prepara sus armas para hacer daño al rival.
Las dos de mayor peligro están en un ataque que va camino de la historia. A ritmo de los 107 goles de récord en una temporada, Cristiano e Higuaín intentarán trasladar al césped las consignas del vestuario. La principal, evitar que el Barcelona se adelante en el marcador. Desde ellos comenzará la presión con el objetivo de robar la posesión de balón y que esté en poder de Xabi Alonso. La principal novedad en el equipo titular con Sergio Ramos. Los dos regresan tras cumplir sanción.
No llega Kaká al clásico. Baja junto a los lesionados Pepe y Royston Drenthe. El puesto del brasileño lo ocupará Van der Vaart. El sacrificado será Granero porque Gago mantendrá su puesto y Marcelo adelantará su posición. El Bernabéu vivirá una noche mágica. La última de la temporada en caso de derrota.
Mientras, el Barcelona acude a la llamada del clásico repleto de moral por haber alcanzado la semifinal de la Liga de Campeones, tras eliminar al Arsenal, condición que el técnico Josep Guardiola entendió en su día que era imprescindible para iniciar el partido en el Santiago Bernabéu en un tono aceptable de ánimo.
El Barcelona viaja a Madrid sin dos de sus puntales, como son el sueco Zlatan Ibrahimovic, que no ha llegado a tiempo para recuperarse de una rotura de medio centímetro en el sóleo de la pierna derecha, y el francés Eric Abidal, toda una garantía en el lateral izquierdo, que recayó el miércoles y padeció una rotura de la adhesión de la cicatriz del aductor de la pierna izquierda.
Ausentes estos dos jugadores, Guardiola tendrá a Andrés Iniesta, que contra el Arsenal ya pudo jugar unos minutos, recuperado de una lesión muscular que le apartó unas semanas de la competición.
Creará el técnico catalán un nuevo once, en el que existe la duda de si jugará con un ariete como Bojan Krkic o si la apuesta es por un Thierry Henry que, si bien el año pasado estuvo en gran nivel en el Bernabéu, esta temporada está muy alejado de su mejor estado de forma en el Barca. En el último partido de Liga, contra el Athletic Club, apostó Guardiola por un 4-4-2 que acabó siendo letal (4-1).
Otra zona donde se esperan cambios es en el eje de la defensa. Finalmente, Gerard Piqué ha entrado en la lista de convocados tras superar una elongación muscular. El alta del defensa catalán le sitúa como preferencia en el eje de la retaguardia, donde con toda seguridad formará dúo con Carles Puyol.
En el centro del campo, con Xavi al máximo nivel y con Keita y Busquets, además de Touré, con un muy buen tono, el Barcelona espera volver a exhibir al máximo nivel su fútbol, que el año pasado tuvo en este escenario un episodio único tras el 2-6 histórico.
Al margen de aquel recuerdo que aún está presente en la memoria de la familia culé, el Barcelona quiere asaltar el Bernabéu de la mano de su estrella, Lionel Messi, para encarrilar la Liga, a falta de siete jornadas para el final. En el Camp Nou, el Barcelona adquirió una ventaja por 1-0 que le da la diferencia de goles a su favor en el caso de que arranque un empate en el Bernabéu o una victoria.
Messi será el centro de todas las miradas en la casa de Cristiano. Y es que un estudio elaborado por la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de A Coruña demuestra que, en las treinta jornadas que han transcurrido esta temporada, tiene más participación en el juego del Barcelona que el portugués en el del Real Madrid.
El estudio aclara que Ronaldo parte con desventaja en la comparativa por ser más individualista.
Más del 80% de las jugadas del Barcelona pasan por Messi, quien en la jornada catorce tenía un porcentaje de participación aún mayor (noventa por ciento), mientras que Cristiano Ronaldo ha evolucionado desde entonces y ha pasado de un 55 a un 66 por ciento de intervención.