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Fernando Pons Niza sigue en la búsqueda de su tesoro particular. El director deportivo del Real Mallorca está buscando comprador de forma indiscriminada con varios objetivos en mente. Todos ellos para su beneficio personal. Con la anuencia del propietario Mateu Alemany, Pons lleva varias semanas entregado a la causa. Primero, su deseo prioritario es asegurarse el futuro en la entidad balear y por ello, su continuidad es innegociable. Segundo, para evitar que el potencial comprador inste concurso de acreedores.
El motivo es obvio. El director deportivo quiere alargar la agonía al menos hasta el próximo septiembre. Y es que amparados por la Ley Concursal que permite retrotraer todas las operaciones realizadas hasta dos años antes de presentarse el concurso de acreedores, los administradores pueden obligar a Pons a devolver el millón de euros que el anterior propietario, Vicenç Grande, le regaló en septiembre de 2008 por lograr la hazaña de traspasar a Daniel Güiza, avalado nada más y nada menos que con el trofeo Pichichi al máximo realizador de la Liga española bajo el brazo.
Es por ello que Pons sólo busca un comprador que asegure su continuidad en el club -Grande le blindó hasta el año 2014- o, al menos, retrasar el concurso de acreedores hasta como mínimo el mes de septiembre. Alemany, mientras tanto, sigue a la espera de estudiar las ofertas que le vaya presentando su director deportivo...