Jaume Matas, en un momento de su comparecencia ante el juez el pasado mes de marzo.

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El larguísimo interrogatorio al que fue sometido el ex president Matas por el juez instructor del 'caso Palma Arena', José Castro, se desarrolló en un ambiente bronco. La actitud de Matas, que se defendía apelando a su desconocimiento de la tramitación que seguían sus «decisiones políticas», acabó provocando numerosos encontronazos con el juez, que le acusó de «dar respuestas de plantilla». Especialmente duro fue el comentario de Castro cuando sugirió que si la esposa de Matas quería una ocupación «podía haber pedido un puesto de cajera en un supermercado».
El ex president sólo perdió la compostura al sentirse «humillado» por la posibilidad de que se dé credibilidad a la denuncia por soborno presentada por el realizador Luis Velasco, que le acusa de recibir 250.000 euros de mano de José Luis Moreno en la gala de inauguración de IB3. El juez le avanzó que hay algunos aspectos «verosímiles» en la denuncia.


DISCURSOS. «¡No me hunda, señoría!», exclamó Matas cuando el juez le confesó que no había seguido sus discursos en el Parlament.

El juez Castro se interesó especialmente por conocer la relación de Matas y el periodista Antoni Alemany, contratado por Nimbus para la confección de los discursos del primero con fondos públicos. «¡No me hunda, señoría! No me diga que no ha seguido mis discursos del debate sobre el estado de la Autonomía», le dijo el ex president, mientras éste se defendía diciendo «yo no he dado ninguna instrucción sobre la tramitación del expediente del señor Alemany. Mi vicepresidenta (Estaràs) nunca aprobaría un gasto que no estuviese en la legalidad». El juez responde contundente: «Le pregunto por una ilegalidad, no por una hipótesis de trabajo».


NIMBUS y AREAl. Conversación entre el fiscal Pedro Horrach (H) y Jaume Matas (M) acerca de los gastos de la campaña electoral.

H: Ese trato de favor a Nimbus ¿no era para luego poder pagar en efectivo gastos electorales?
M: No tengo constancia de que haya ningún trato de favor y no he participado en ninguna decisión que haya supuesto un trato de favor... los gastos electorales están fiscalizados y están aprobados por quien tenga competencia y en donde no entro.

GRABACIÓN. Fragmento en el que el juez Castro (C) cree que se está grabando la declaración de Matas con un micrófono escondido.

C: ¿Es posible que nos estén grabando con un micrófono direccional de alta potencia, que dicen que los hay.... ? ¿Es posible que nos graben?
Técnico: Posible sería pero es casi, casi de película
C: Aquí, con un teléfono móvil abierto, y que esté encendido a... podría ser. Señores letrados, tengan la bondad de apagar los móviles, porque yo no puedo humillarles, registrarles y cachearles. No me parece digno, me pedirán la nulidad del cacheo... (se ríe) No, no, nada más lejos de mí.
C: Vamos a seguir. Aquí tenemos un acta interesante (el juez le resume que es la adjudicación de publicidad a Nimbus? ¿Es amigo de Miguel Romero?
Matas: ¿Amigo? Conocido.

PALMA ARENA. Fragmento en que el juez Castro intentaba conocer el papel de Matas en la puesta en marcha del velódromo.

C: Habrá que llamar al señor Ballester y decirle que lo tiene crudo porque él lo decidió todo.
M:Los hechos que yo conozco son los que puedo contestar. Yo confiaba en mi gobierno. Dudo mucho que Dulce Linares y Ballester falten a la verdad.
C: Todo el mundo sabe que usted despachaba a diario con Ballester.
M: Eso es falso señoría.
C: Cada vez que le hago una pregunta ponemos la plantilla con la respuesta, 'que usted no estaba para estas menudencias'.
M: Ningún funcionario ni cargo político tiene autorización de cumplir la ley, lo diga el presidente del Govern o el mismo Papa.

PRESUPUESTOS. Jaume Matas asegura al juez Castro que no sabe nada de presupuestos y llama a Jorge Moisés «gerente de quinta»

El juez Castro pregunta a Jaume Matas por una reunión que tuvo lugar en el hotel Palas Atenea relacionada con el derribo de unas cocheras que había en el solar del velódromo. Según la declaración, Jorge Moisés, gerente del consorcio para la construcción del velódromo, elevó los costes hasta los 100.000 euros porque la decisión «venía de arriba» y el primer arquitecto de la obra, Ralph Schürmann, tuvo que aceptarlo a regañadientes.
En este sentido, Castro preguntó a Jaume Matas quién dio la orden y el ex presidente aseguró «no saber nada» y sentirse «ofendido». «El inepto (refiriéndose a Schürmann) al que un gerente que está en la escala de la quinta división le dice que viene de arriba y lo hace, es un inepto», aseguró.

DECLARACIÓN. El juez José Castro le dice a Matas que sus letrados en ningún momento han solicitado anticipar su declaración.

El ex president del Govern, Jaume Matas, repite varias veces durante la primera parte del interrogatorio que versa sobre el piso de la calle Ramón de la Cruz de Madrid, que hacía 15 meses que quería colaborar con la justicia y dar explicaciones sobre los hechos que se imputan. El juez José Castro le indica varias veces que conteste a sus preguntas y no pronuncie discursos. Finalmente el juez le recuerda a Matas que sus abogados no han solicitado formalmente declarar con anterioridad y que, si lo hubieran hecho, posiblemente se hubiera anticipado. En cuanto al piso de Madrid, Matas confirma que su cuñado Fernando Areal fue el titular del contrato de arras porque consideró que aparecer él como comprador le podía perjudicar políticamente.

SUS INGRESOS. Matas explica al juez cómo fue su trabajo una vez que abandonó la vida política y detalla sus abultados ingresos.

El juez Castro intenta averiguar si Jaume Matas consiguió su trabajo en el despacho de Estudios Jurídicos y Procesales gracias a los contratos que la Administración Matas firmó con esta empresa madrileña. El ex presidente se defiende y aclara que él no fue «a pedir trabajo, sino a ofrecer una colaboración». Recalca que él es una persona muy trabajadora y que el dinero que le pagaban se lo ganaba a pulso, porque –dice–, «cualquiera que me conozca le dirá lo trabajador que soy y yo me tenía que ganar la vida honradamente después de terminar mi vida política». Por su «colaboración» le pagaron 27.000 euros en 3 ó 4 meses y después unos 8.000 cada mes.

BRONCA. Discusión entre el juez Castro y los abogados Rafael Perera y Manuel Ollé por las grabaciones efectuadas.

Recuerda Rafael Perera que la frase, dicha el día anterior, de «no tendría que dejarnos con el culo al aire» la dijo él y no Fernando Areal. «Se trata de una frase sacada de contexto y fui yo quien la pronuncié».
Perera anuncia que están preparando un recurso que presentarán dentro del plazo legal para que se anulen las conversaciones con sus defendidos.
Acto seguido interviene el otro abogado, Manuel Ollé, argumentando que con la inclusión de las escuchas telefónicas «se podría estar traspasando el derecho de defensa» y reitera que presentarán el recurso.
«No voy a entrar en este juego, ni en cualificar su actuación» apostilla el juez y añade que lo que Perera y Ollé parecen estar haciendo es «abroncar al juzgado».

FERNANDO AREAL. Fragmento en el que el juez Castro (C) interroga al Fernando Areal (A) sobre la compra del piso de Madrid.

C: ¿La señora Areal le dio 100.000 euros en efectivo para pagar el piso de Madrid?
A: Sí, señor.
C: ¿Fue al banco a buscarlos?
A: Yo fui a su casa, me los dio y fuimos los dos a ver al señor Emilio Novela.
C: Dice usted que Reus le dio 100.000 euros. ¿Se los devolvió en efectivo?
A: Sí, fue en mi despacho de Bancaja. Ya los llevaba en el bolsillo. Me dio los 100.000 euros y se los di a mi hermana. Eso fue antes de ir a Madrid.
C: Se lo digo señor, porque hemos intervenido los teléfonos. En las conversaciones dice usted que, los 100.000, Tolo se los devolvía a Jaime poco a poco.
A: Me los devolvió. Yo creo que de golpe, pero no lo sé. El caso es que yo no los tengo.

LA COLONIA. Fragmento en el que el juez Castro (C) pregunta a Fernando Areal (A) sobre la compra del piso de la Colonia

C: Usted también compró otro piso en la Colonia.
A: Fue el ultimo que quedó. A mi mujer nunca le ha gustado, porque sin terraza y sin nada... Lo compramos porque ellos [los Matas] van a veranear allí.
C: La madre del señor Matas iba a su piso? [El que está a nombre de ella]
A: A veces pasaba una semana o más, lo compaginaba con su hija que venía de Barcelona.
C: Usted hizo obras en su piso.
A: Se cambió la división horizontal para ceder parte de mi salón y de la parte de arriba al piso de la madre de Jaime.
C: A una señora de 70 años no le basta con tres habitaciones?
A: La señora Palau vive sola en Palma (...) pero no iría al paso sin su familia.
C: Tenía ascensor el piso?
A: No. No es obligatorio.

ALEMANY. Fragmento en el que el juez Castro (C) y Jaume Matas (M) discuten acerca del contrato del periodista Antonio Alemany

C: ¿Cómo es posible que a un amigo de usted le dé medio millón de euros de subvención?
M: ¿A la Agencia Balear de Noticias?
C: A un amigo de usted.
M: No, señor, a la Agencia Balear de Noticias. Amigos afortunadamente tengo muchos pero por ellos nunca vulneraría la legalidad.
C: Voy a decirle un nombre: Miguel Oliver Gomila
M: Tengo muchos amigos pero por ninguno vulneraría la legalidad ni haría nada que perjudicara a los ciudadanos. Creo que una agencia balear de noticias es una gran necesidad.
C: Sobre todo cuando quien la lleva es un amigo personal.
M: No, sobre todo no. El que la haga, que la pague.

REUS. El ex presidente de Gesa reconoce que Matas y su mujer tenían una «prisa loca» por entrar en el piso de Madrid

En su declaración, el ex presidente de Gesa afirmó que había «acordado» con el matrimonio Matas hacerse cargo de «un máximo de 6.000 euros de las mejoras del piso de Madrid», de los que al final sólo pagó 3.360 euros. Según las palabras de Reus, Maite Areal había «rapiñado» a la constructora Sacyr un buen acuerdo de acabados y ante la pregunta de a qué se refería con rapiñar aclaró que se refería a que la mujer de Matas logró «mejores condiciones en la calidad del producto» que las del resto de pisos. Sobre la intermediación en todo momento del cuñado de Matas en el proceso de subrogación del piso, Reus dijo que el matrimonio Matas tenía «una prisa loca por entrar en el piso y empujaban la situación».