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El aeropuerto de Palma vivía ayer la resaca de la jornada del domingo en la que Son Sant Joan permaneció cerrado durante varias horas. Mientras las conexiones nacionales iban recuperando parte de la normalidad, las largas colas de la terminal de salidas estaban compuestas sobre todo de turistas cuyos vuelos habían sido cancelados y entre los que reinaba la confusión. Unos enfadados, otros resignados, pero todos cansados, sobre todo los que llevan desde el domingo intentando encontrar la forma de salir de la Isla. El aeródromo de Salzburgo (Austria) era la gran esperanza de muchos viajeros, como para Dolores, cuyo vuelo para Viena estaba cancelado y guardaba cola para tratar de llegar a la ciudad austriaca, donde le espera su familia para pasar unos días de vacaciones.
Los vuelos del Imserso tampoco estaban de suerte. Air Berlín canceló tanto el del domingo como el de ayer con destino a Alicante ante la falta de aviones. Encarnación y Francisco, dos de los afectados, vivieron con desilusión la noticia, «nos habíamos informado antes de venir y nos dijeron que no había problema y al llegar al aeropuerto nos dicen que no hay aviones, pero ya nos han hecho venir».
El avión de Pedro sí despegó el domingo con rumbo a Bilbao, pero poco antes de llegar la nave dio media vuelta por el cierre del aeródromo vasco. Air Europa no tiene plazas hasta el viernes y ayer consiguió billete para hoy en otra compañía por 100 euros más. Con resignación, volvió al hotel, que por cierto nadie le va a pagar.
Historias personales con un denominador común, unos planes rotos, y diversos talantes para afrontarlo.