Rick Flens durante el Giro d'Italia. | Reuters

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El británico Bradley Wiggins, del equipo Sky Professional, es el primer líder de la 93a. edición del Giro de Italia, que comenzó en la ciudad holandesa de Amsterdam, al imponerse en el prólogo, una contrarreloj individual de 8,4 kilómetros.

La victoria Wiggins no es ninguna sorpresa. Es un especialista esa modalidad ciclista y en la salida ocupaba el número uno en los pronósticos para enfundarse la primera camiseta rosa de esta edición, pues en su amplio palmarés, entre otras muchas victorias contra el reloj, figuran tres oros olímpicos.

Wiggins, que el pasado año fue la revelación en el Tour al ser cuarto, invirtió en los primeros kilómetros de la carrera italiana 10 minutos y 18 segundos. Tras él, los mejores registros fueron para el estadounidense Brent Bookwalter (BMC) y el australiano Cadel Evans (BMC), ambos a 2 segundos, el kazako Alexandre Vinokourov (Astana) a 5 y el neozelandés Greg Henderson (Sky Professional), también a 5 segundos.

Registros que demuestran la superioridad de Wiggins, que estrenaba bicicleta con un peso de 7,5 kilogramos, rueda trasera lenticular de carbono, delantera de aspa y freno delantero por dentro del cuadro.

Entre la lista de favoritos para el podio final, el que mejor estuvo fue el australiano Cadel Evans, que, en un circuito que no era excesivamente complicado, logró perder tan sólo dos segundos.

Evans, que en la edición del año 2002 fue líder durante un día, demostró que se encuentra en un buen momento de forma y, de salida, ya ha arañado algunos segundos a otros corredores que están en la lista para estar en lo más alto del podio final de Verona.

Evans, campeón olímpico, mantuvo un ritmo constante, lo mismo que Vinokourov, otro de los candidatos a la victoria y que sólo perdió cinco segundos con respecto a Wiggins, al que sólo inquietó en algunos momentos Brent Bookwalter, que fue de menos a más.

Tanto Evans como Vinokourov salvaron con éxito los primeros kilómetros del Giro; mientras que el italiano Ivan Basso necesitó 21 segundos más que el ganador y el español Carlos Sastre 23, tiempos que dejan bien claro que lo suyo no es la lucha contra el reloj.

Lo mismo que les pasó a los italianos Gilberto Simoni, vencedor en dos ocasiones de la carrera (2001 y 2003), pero que tampoco estuvo con los mejores, y Damiano Cunego, ganador en 2004, pues también cedieron más tiempo del esperado, casi medio minuto.

Wiggins no dio lugar para la sorpresas con un pedaleo regular de principio a fin y un acoplamiento perfecto sobre su nueva bicicleta.

Mañana se disputará la primera etapa, también por tierras holandesas, con salida en Armsterdam y llegada en Utrecht, de 209 kilómetros.