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El sol se puso, se enciendiron las farolas, pero en la playa de s'Illot parecía de día. Cientos de personas se resistieron el pasado viernes a que las horas de playa se acabasen en una nueva edición de la Sombrillada Nocturna, uno de los actos más originales de las fiestas de la Mare de Déu del núcleo costero de Manacor.

Familias enteras, grupos de amigos y gentes de todas las edades plantaron sus sombrillas sobre las diez de la noche y, así, la arena de s'Illot se llenó de todos los colores. Aunque algunos se conformaron con el set básico de bocadillos y toallas, la mayoría montó mesa y sillas y comieron trempó, coques, empanades, tumbet e incluso algunos se atrevieron con una porcella rostida. La Sombrillada ofreció, en definitiva, una original fórmula para que los s'illoters pasasen agradablemente una de las noches más calurosas del verano.