La imagen de Pep Lluís Martí, de rodillas ante Pablo Sicilia, resume la imagen de frustración de un Mallorca desordenado que flaquea a domicilio. | Santiago Ferrero

TW
0

La plantilla del Real Mallorca abandonó el Heliodoro Rodríguez haciendo autocrítica. Los bermellones no encuentran explicación al descenso de prestaciones que experimentan lejos de Palma e hicieron propósito de enmienda para no ceder terreno en la zona alta.
Julio Àlvarez expresó la decepción que reinó en el vestuario rojillo tras un nuevo tropiezo a domicilio y aseguró que «nos cuesta más fuera de casa porque la pelota es del rival y, aunque nosotros hacemos daño a la contra porque tenemos gente de calidad, también queremos la pelota y si no la tenemos es difícil ganar en Primera División».
El centrocampista rojillo no diferenció los tropiezos ante equipos de la zona baja del resto de desplazamientos y analizó que «no sólo nos sucede con los de abajo, porque es el ritual de todo el año fuera de casa y hay que cambiarlo. Tenemos que intentar ser los mismos a la hora de tener la pelota. Se nos escapa una buena oportunidad de estar arriba».
El jugador de origen venezolano también opina que «no hay explicación para lo que sucede fuera como tampoco la hay para haber conseguido diez vitorias en casa, donde todo fluye con más naturalidad. Fuera nos está costando demasiado. El equipo está más espeso, más lento y más fallón, pero no hay ansiedad ni nada por el estilo».
Nunes
El capitán rojillo también lamentó la derrota y aseguró que «hay que reconocer que no jugamos igual como visitantes que en Son Moix y la verdad es que me encantaría saber el porqué». El central luso criticó la jugada de gol y aseveró que desde su posición en el campo fue «fuera de juego». Nunes dejó constancia de la intención del plantel de invertir la dinámica a domicilio y argumentó que «no vamos a ganar todos los partidos en casa y tendríamos que sumar ante equipos de nuestro nivel».