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La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró ayer que la crisis económica no puede servir de «coartada» para «retroceder en los derechos» de las mujeres y «frenar nuestro avance». La vicesecretaria general de la ONU, Asha Rose Migiro, subrayó los «progresos» logrados en Àfrica en materia de «seguridad», pero matizó que la «desigualdad, tanto en la esfera pública como en la privada, tiene un gran impacto en la economía y el mercado laboral».
Con motivo del V Encuentro España-Àfrica por un Mundo Mejor, que se celebra este fin de semana en Valencia, De la Vega aseguró que para superar los tiempos «difíciles» habrá que «sacrificar mucho», y para eso se necesita «iniciativa, fuerza, energía, imaginación, capacidad de entendimiento y para cooperar», algo de lo que, según dijo, las mujeres «saben mucho». En este sentido, mencionó a las mujeres africanas, que son, a su juicio, el «motor económico» de este continente, puesto que mantienen un 90% de la economía informal de la zona y «están en primera línea» en la «lucha por la vida, el progreso económico y social, la esperanza y la paz».
Por eso, subrayó que la crisis económica que afecta a todo el planeta no puede servir de «coartada para retroceder en los derechos de las mujeres y frenar nuestro avance». «Precisamente ahora», añadió De la Vega, que la «crisis global golpea a todos nuestros países, pueblos y familias, nuestra voz -la de las mujeres- tiene que oírse más alto que nunca».
Objetivos concretos
La vicepresidenta recordó los avances conseguidos y animó a continuar «avanzando» con «objetivos concretos» para «demostrar que la igualdad no es tan sólo una cuestión de justicia, sino una certeza de progreso económico y social». Algo que pasa, según explicó, por combatir la falta de acceso de las mujeres a la tecnología o el capital, romper con las políticas económicas insensibles al género, transformar las leyes para incrementar el acceso de las mujeres a los puestos de decisión, en igualdad, y «hacer de la política la mejor herramienta del cambio social».
En el encuentro, presidido por la reina Sofía, también participaron la presidenta de Finlandia, Tarja Halonen; la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y la vicesecretaria general de la ONU, Asha Rose Migiro. Esta última se refirió a los progresos desarrollados en Àfrica para «garantizar la seguridad de las mujeres», aunque matizó que el desequilibrio entre hombres y mujeres y la dificultad de las hembras para acceder a puestos de poder son «tareas pendientes».
Además, Migiro resaltó los «avances» de la ONU y otros organismos para mantener la paz, aunque reconoció que queda «mucho por hacer», dado que los esfuerzos para luchar contra la desigualdad «no son exhaustivos ni sostenidos».