La doctora Victoria Duque, junto a compañeras del equipo de cirugía de incontinencia fecal. | DGA

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El Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza se ha unido a la campaña 'La mochila más pesada' sobre incontinencia fecal y urinaria, con el objetivo de visibilizar esta patología, su carga emocional y romper con el estigma social.

Los pacientes con incontinencia urinaria y/o fecal suelen enfrentarse en su día a día a miedo, depresión o ansiedad, como algunas de las consecuencias añadidas a esta patología que tiene un alto estigma social.

Una realidad que parece invisible para la sociedad y el entorno próximo al paciente, pero que supone una importante carga emocional y un alto impacto en la calidad de vida del paciente, siendo la tercera enfermedad crónica diagnosticada que mayor pérdida de años de vida ajustados por calidad produce.

La incontinencia es una patología asociada a las mujeres o a las personas mayores. Sin embargo, esta enfermedad puede sufrirla cualquier tipo de paciente indiferentemente de su sexo o edad. En torno a 420 millones de personas en el mundo sufren algún tipo de incontinencia urinaria.

Además, 2 millones de españoles padecen incontinencia fecal y 6,5 millones incontinencia urinaria. La mayoría de los pacientes que viven con esta patología no consulta con su médico los síntomas por miedo o vergüenza. Tan solo el 52 por ciento de las personas que padecen sintomatología limitante asociada a la incontinencia urinaria busca atención médica.

La doctora y jefa de sección de la Unidad de Cirugía Coloproctológica del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, Victoria Duque, ha explicado que las personas que tienen incontinencia suelen ocultar su enfermedad para que nadie se percate de lo que sufren y, «acaban cargando ellos mismos con esta mochila».

En cuanto a la incontinencia urinaria, el doctor Joaquín Carela, jefe de sección de la Unidad de Urología Funcional y Urodinámica del mismo centro sanitario, ha resaltado la importancia de que el ciudadano pida ayuda profesional en el momento en el que note alterada su calidad de vida.

«Hay un abanico de tratamientos que incluye a múltiples especialistas que van a ayudar a estos pacientes, bien desde Urología, Digestivo, Rehabilitación y Cirugía, si es el necesario», ha insistido Victoria Duque.

La doctora ha advertido, no obstante, que en muchas veces, con unas medidas sencillas conservadoras de tratamiento médico, se puede mejorar mucho la calidad de vida. De no ser así, se necesitará de la actuación de un cirujano.

Una de las opciones quirúrgicas para tratar la incontinencia anal consiste en la neuromodulación de raíces sacras, un método muy poco invasivo por el que se implanta un dispositivo --se puede comparar con un marcapasos-- que ayuda a controlar la incontinencia fecal de forma inconsciente modificando estímulos.

Este se trata de un procedimiento excepcional que en el Hospital Universitario Miguel Servet se lleva administrando desde 2015, a los pacientes seleccionados que lo requieran. Hasta la fecha, se han implantado unos ochenta.