El cantante mallorquín Xavibo, en una imagen promocional.

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Su cerebro está afilado, sus ideas son claras y su lenguaje es seductor. Xavier Bofill Pérez, ‘Xavibo’ para las multitudes, fragua canciones que exhiben músculo, despojándose de las etiquetas para abrazarse a un concepto global de la música. A fuerza de trasvasar géneros, nuestro protagonista, que esta noche descorchará una velada en el Teatre Principal de Palma a partir de las 20.00 horas, se está afianzando en el mapa de la cultura urbana estatal.

Es difícil encasillar a este mallorquín de 26 años que muestra su capacidad para experimentar con las melodías y hacer canciones sencillas y pegadizas que se incrustan en el subconsciente. Con el hip hop como eje dinamizador, pero desplegando también sus armas hacia el pop alternativo y la electrónica, Xavibo no es amigo de las etiquetas. Puede que en plena era millennial este sea un concepto obsoleto. Si le preguntan, posiblemente les dirá que no se cierra a ninguna posibilidad. Incluso al trap, ese término tan de moda que está fagocitando el universo de los sonidos urbanos.

Identidad

Buena parte de esa búsqueda incansable de una identidad, quizá de un futuro, nace en el proceso de composición de El viaje de Trece, su último disco, fiel testigo de un punto de ruptura en su vida. «Quería romper con todo lo establecido en mi vida hasta la fecha, se juntó el hecho de dejarlo con mi pareja después de muchos años, con el hecho de luchar por salir del trabajo y empezar a vivir de la música, la cuarentena y el choque de realidad de ese volver a empezar constante», describe Xavibo respecto a su nuevo repertorio.

Este año ha publicado Sensaciones, Triste pero no y No llores, tres cortes en los que deja patente la necesidad de abrirse a nuevas influencias con las que moldear su discurso. «He trabajado en Madrid con gente que ha aportado cosas diferentes al proyecto, me han abierto puertas que no sabía ni que existían». Confiesa que su «obsesión por la lírica» le viene de niño, cuando «mi padre me ponía a Serrat y a Sabina en el coche». Ese aprendizaje ha cristalizado en letras que perfilan «mis cargos de conciencia, mis demonios, mi ansiedad, mis errores, mis amigos, mi familia, creo que es un viaje interno que sirve para canalizar mi excesiva negatividad», escudriña. En el Principal hará un repaso a su producción, breve pero con buenos cimientos, y adelanta que habrá «invitados sorpresa». Y al hilo de ‘sorpresas’, asegura estar trabajando en nuevas canciones que «van avanzando con cariño y mucho trabajo detrás», concluye el artista.