El secretario de estado estadounidense, John Kerry, y el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan. | Efe

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En la solución de los conflictos de Oriente Medio, desde la guerra en Siria hasta el proceso de paz entre Israel y los palestinos, las tensiones regionales en Irak o la crisis de Chipre, Turquía es un país clave, señaló en Estambul el secretario de Estado norteamericano, John Kerry.

El jefe de la diplomacia estadounidense analizó todos estos temas, así como la propia reconciliación entre Israel y Turquía, con su homólogo turco, Ahmet Davutoglu, durante una reunión de una hora y media celebrada en la mañana de hoy en Estambul.

El punto más importante en la agenda era la guerra civil en Siria, especialmente después de que marzo se revelara, en palabras de Davutoglu, como «el mes más sangriento de los dos años de conflicto, con cerca de 7.000 muertos».

«He vuelto pronto a Turquía», confesó Kerry, en referencia a su visita del 1 de marzo pasado, «pero tampoco tan pronto: ha pasado demasiado tiempo ya, ha muerto demasiada gente».

Kerry y Davutoglu acordaron convocar en el tiempo más breve posible una conferencia internacional de países «Amigos de Siria» para incrementar las presiones sobre el Gobierno de Bachar al Asad en Damasco y dar paso a una época de transición.

«Asad debe irse», insistió Kerry, al tiempo que prometió reunirse en las próximas semanas con numerosos dirigentes políticos para consensuar medidas contra el régimen sirio, y destacó la postura de Turquía como país vecino y afectado por la guerra.

El secretario de Estado subrayó que el trabajo de Estados Unidos contra el terrorismo iba a continuar, especialmente tras el último atentado de Afganistán en el que seis estadounidenses perdieron la vida en un ataque talibán.

Aseguró contar con Ankara en este esfuerzo, se felicitó de que «treinta años de terrorismo» en Turquía llegasen a su fin, al anunciar el Partido de Trabajadores de Kurdistán, PKK, el abandono de la lucha armada, y prometió apoyar en lo posible el proceso de paz kurdo, aunque «no va a ser un proceso fácil», advirtió.

Más expedito parece el camino hacia la reconciliación entre Turquía e Israel, iniciado el mes pasado con la petición formal de disculpas del primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, por el asalto al barco «Mavi Marmara» de 2010, en el que murieron nueve turcos.

Kerry se mostró convencido de que los dos Gobiernos comparten el objetivo común de llegar a una normalización completa de las relaciones y prometió que su país iba a trabajar con ambos para impulsar el proceso de paz en Oriente Medio.

«Turquía puede ser un país clave para la resolución del conflicto en Siria», señaló el secretario de Estado, si bien evaluó como «más complicado» su papel en la franja palestina de Gaza.

Kerry indicó que EEUU hace esfuerzos para transformar las condiciones económicas de los territorios palestinos y que Turquía «puede jugar un rol importante para crear una atmósfera» que permita avanzar en el proceso de paz con Israel.

Davutoglu, por su parte, recordó que «el levantamiento de los embargos» a la población palestina es la tercera condición que Ankara puso para recuperar plenas relaciones con Israel, pero avanzó que «ya existen compromisos» para «trabajar por la mejora de las condiciones de vida tanto en Cisjordania como en Gaza».

Insistió en que «Turquía siempre ha apoyado el establecimiento de un Estado palestino en las fronteras de 1967» y no renunciará a este objetivo.

Según el ministro, solucionar este conflicto «es la pieza clave para la paz en toda la región», que «fortalecerá las nuevas democracias y las relaciones económicas y culturales y permitirá que nazca un nuevo Oriente Medio».

La prevista visita de Erdogan a Gaza, aún sin fecha, forma parte de esta visión y dará un nuevo impulso al proceso de paz, prometió Davutoglu.

Tras concluir la reunión con su homólogo, Kerry fue recibido por Erdogan en su residencia de Estambul, aunque el contenido de su conversación no ha trascendido.

La visita a Turquía de Kerry es la primera etapa de una gira que lo llevará el lunes y martes a Israel y Palestina, para continuar, tras un paso por el encuentro de ministros del G8 en Londres, en China, Corea del Sur y Japón, donde concluirá el viaje el 14 de abril.