A pesar de la polémica que ha generado el establecimiento de la zona de Es Carnatge como libre para pasear con los perros, nunca había tenido tanta vida ni estado tan limpia. De hecho, los residuos que más se ven son cristales y plásticos, no excrementos. Sin embargo, sigue usándose (aunque menos) como lugar de encuentro homosexual, teniendo incluso señalizadas sus zonas con preservativos y rompiendo las vallas para pasar.