Imagen de archivo de una lancha de la Guardia Civil. | Ultima Hora

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Un juzgado de lo Penal de Palma ha condenado a un hombre, de nacionalidad española y 69 años de edad, al pago de una multa de 1.080 euros por un delito desobediencia al no presentar    autorización para poder bucear en la Reserva Marina de Llevant a los agentes de la Guardia Civil que se los requirieron, a los que insultó y menospreció.

La sentencia considera probado que el imputado el día 29 de julio de 2018, sobre las 15.30 horas, acudió a bucear por la zona. Fue interceptado por dos agentes de la Benemérita y le dijeron que no podía estar allí sin autorización. Diez días más tarde se repitió la escena, pero esta vez le instaron a que les enseñara el permiso para poder realizar actividades de buceo. Y el hombre se revolvió contra ellos. «Otra vez vosotros tocando los huevos, ya vuestros compañeros me pararon el otro día. Dejad de tocarme los huevos. Yo puedo hacer lo que me dé la gana, llevo toda la vida haciéndolo y lo seguiré haciendo», les dijo. Ese día se le impuso una sanción administrativa de 100 euros.

Lo que los agentes no esperaban era encontrárselo de nuevo en la misma zona unos días más tarde, concretamente el día 23. Requerido de nuevo a que mostrase el permiso para poder bucear, se volvió a enfrentar a los guardias civiles. «No vengáis nuevamente a tocarme los cojones, todos los días tocando las narices, yo hago lo que me da la gana», comentó. Poco después le dio una patada a la embarcación de la Guardia Civil. En ese instante quedó arrestado. La jueza señala en el fallo que el acusado nunca entregó el permiso para bucear y que existe «actividad probatoria suficiente» para poder condenar al acusado, a pesar de que en todo momento negó los hechos.

Juicio

Durante la vista, celebrada semana atrás, el imputado explicó a la magistrada que él nunca insultó a los agentes, que les mostró la documentación que los funcionarios le solicitaron y todo lo que había contra él era falso. Los guardias civiles, por su parte, corroboraron en la sala lo que en su día señalaron en el atestado y recordaron el carácter agresivo y desafiante con el que el procesado se enfrentó a ellos.