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Si en El flautista de Hamelín los hermanos Grimm relatan cómo un músico persuade a las ratas invasoras hasta las montañas, en el festival Contesporles, que arrancó ayer, ocurrió exactamente lo contrario. Fue el ratón Celestí, logotipo del evento, quien atrajo a unas 2.000 personas, según la organización, hasta el municipio de Esporles, reconvertido en escenario de cuento, con más de 50 actividades destinadas a niños y adultos.

En la sala de actos de Sa Fàbrica se inauguró esta cita, que agotó todas las entradas de las actividades matinales y las que, tal y como estaba previsto, tendrían lugar por la tarde en varios puntos de la localidad. Entre ellos, algunos de los domicilios de los más de 100 voluntarios que participan en el acontecimiento.

De forma paralela al acto inicial, en el que se entregaron los premios a Marion Dörr por el mejor cartel, y a Julià Picornell, por la mejor obra breve, el cuentacuentos Víctor Uwagba acaparaba a decenas de niños y adultos con sus cuentos africanos en la Placeta del Jardinet. Mientras, el dibujante Àlex Fito impartía un taller de cómic en el que explicaba los elementos que conforman el género. El vicepresident de Cultura, Joan Rotger, destacó la importancia del festival por «los valores que transmiten los cuentos».

Contesporles culminará hoy su primera edición, con más actividades, a partir de las 9.30 horas y hasta las 20.30, que será cuando el 'cuento' se haya acabado.