Algunas de las tumbas de los niños muertos en el bombardeo de EEUU.

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OTR/PRESS-KABUL
La muerte de niños, como los nueve que fueron víctimas el sábado de un ataque aéreo estadounidense en el sureste de Afganistán, «agrava el sentimiento de temor e inseguridad» en todo el país, comentó ayer un portavoz de la ONU, Manuel de Almeida e Silva.

Diez personas, entre ellos nueve niños, murieron el sábado durante un ataque de la aviación estadounidense en la provincia de Ghazni, cerca de la localidad de Moqur (en el límite con la provincia de Zabul) en una operación supuestamente lanzada contra un presunto terrorista. El Ejército aseguró que actuó «con informaciones y con suficiente tiempo como para garantizar que el terrorista se encontraba en una zona rural aislada».

«El representante especial de la ONU en Afganistán está profundamente afligido por la muerte de nueve niños en Ghazni como resultado de una acción militar de la coalición», declaró el portavoz. «Este suceso, que sucede a otros similares, aumenta aún un poco más el sentimiento de temor e inseguridad en el país», añadió.

«La protección de civiles es una obligación para cualquier organización militar», comentó Almeida. «Estos errores tienen un impacto negativo entre la población, ya lo hemos constatado, desgraciadamente hablamos por experiencia», añadió.

Desde el incio de la intervención estadounidense en Afganistán, a finales de 2001, han muerto decenas de civiles (miles según algunas fuentes) a manos de las fuerzas estadounidenses en circunstancias similares, sobre todo bombardeos. Los resultados de las investigaciones abiertas por el Ejército estadounidense nunca han sido publicados.