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AGENCIAS - SAN SEBASTIÀN El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, se mostró ayer convencido de que EH «está absolutamente en contra» de la violencia callejera e indicó que los últimos actos violentos que se han desarrollado durante la noche del viernes en Euskadi son «una respuesta» a las «tretas electorales» del PP como la detención de los miembros de HB. Arzalluz enmarcó en la «estrategia electoralista» del Gobierno los «manejos de traer gente de México, gente que no tiene nada que ver con el proceso de violencia o traer a 'Pakito', que ha sido efectivamente un jefe de ETA, pero está cumpliendo condena en Francia y, por lo tanto, desde ese punto de vista es inofensivo».

El dirigente jeltzale afirmó que «todos estos movimientos» como la detención de miembros de HB, que, según su opinión, terminarán con su puesta en libertad después de los comicios del 12 de marzo, «hacen que se extienda el cabreo entre determinada clase electoral». Y es que la noche del viernes volvió a registrase otro capítulo de violencia callejera en el País Vasco y Navarra, que en esta ocasión tuvieron como objetivo la casa del concejal socialista Rafael Pulido en Berriozar (Navarra), la sede del PSOE de Urnieta (Guipúzcoa), un aparcamiento en Rentería (Guipúzcoa) donde quedaron calcinados ocho coches, y una furgoneta de Telefónica en Mungia (Vizcaya).

Todos los grupos de Berriozar, incluso EH, reprobaron el ataque contra el domicilio del edil socialista, lo que supone para algunos partidos políticos un «paso adelante significativo», en la postura del partido abertzale. El portavoz del PNV, Joseba Egibar, pidió a EH que responda «con más política» a la «presión» de la que está siendo objeto con «todas las actuaciones judiciales y policiales» el entorno de la izquierda abertzale.