Hasta 23 familias serán desahuciadas antes de final de mes por la SAREB. | M. À. Cañellas

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«No es el banco malo, es el banco malísimo». Así se contundente se muestra José Ariza, miembro de una de las 23 familias que han recibido una orden judicial esta semana en la que son obligados a abandonar sus viviendas en la calle Sevilla, en el barrio de Son Dameto. Los pisos son propiedad de la SAREB.

Pese a que cuentan con contratos de alquiler que no finalizan hasta dentro de cuatro o cinco años, la orden deja claro que tendrán que dejar sus viviendas el 17 de febrero. De un día para otro, se han visto sin su hogar, en el que algunos llevaban casi diez años, y se han encontrado con un mercado inmobiliario atroz con precios inasumibles.

«Teníamos un contrato de alquiler con S240 Restauración, pero hace un año nos llegó una carta diciendo que la SAREB era la nueva propietaria», dice José Ariza. En una misiva, el banco malo les advertía que a partir de entonces tendrían que abonarle el alquiler y les mantenía el precio. Algunos incluso se mostraron dispuestos a comprar la vivienda y la SAREB parecía dispuesta. Sin embargo, «les pedíamos un número de cuenta bancaria para hacer los ingresos mensuales y no nos facilitaban ninguno», afirma Ariza.

Después de recurrir a abogados, algunos consignaron el alquiler en un juzgado y otros, aconsejados por sus letrados, guardaron el dinero cada mes a la espera de que les facilitaran el número de cuenta. Muchos de ellos han intentado negociar con la SAREB, actual propietaria de los pisos en los que residen, pero pese a los intentos de comunicarse con la entidad o con su despacho de abogados, M&P Ledesma y Asociados, no recibían contestación ninguna. Este periódico ha intentado contactar con el bufete de abogados pero el teléfono no está operativo.

«Hay gente con niños, madres embarazadas, familias que de un día para otro tienen que hacer las maletas. Estamos buscando otra opción para alquilar pero los precios son de locos», afirma Ariza, que está pagando 875 euros. Ahora, por un piso similar «me piden 1.500 euros».

El caso es muy similar al de María N., que vive en el mimo bloque de pisos con sus hijos. «Estoy pagando 1.000 euros. La SAREB me dijo que podría comprarles mi piso y yo estaba dispuesta. El precio era de 235.000 euros, que era tal y como se subastó y lo compró el banco malo, aunque nosotros teníamos prioridad. Pero jamás contestaron a mis llamadas ni mis emails», cuenta desesperada.

Con dos hijos, uno de ellos preparándose para hacer Selectividad, advierte que «estoy buscando en la misma zona porque no puedo cambiar a mis hijos de colegio ahora que ha empezado el curso. Y me están pidiendo 1.700 euros», denuncia la afectada.

La otra opción es volverse a su tierra, en el norte de la Península. «Me iré el 15 de agosto pero antes mis hijos tienen que acabar las clases. Y si busco un alquiler por meses, me piden hasta 2.000 euros. Estamos pensando incluso en irnos a un hotel para poder vivir en Palma», explica entre lágrimas. Las familias afirman: «No somos okupas. Nadie ha actuado con mala fe» pero no pueden evitar sospechar que «estoy pisos ya están vendidos a precio de mercado». Ahora solo queda esperar un milagro mientras hacen las maletas sin saber muy bien a dónde ir.