Joan Ramis junto a sus padres. | B.C.

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«Cada año pasamos un estado de angustia innecesario». Así expresan los padres de Joan, un niño con discapacidad en Llubí, la situación que viven cada verano a la espera de los recursos que la Conselleria d’Educació va a destinar a la escuela para cubrir las necesidades de todos los niños que requieren de atención especializada.

El colegio contaba hasta ahora con dos niños con discapacidad, pero este año se incorporará una niña más. En vez de aumentar los recursos, los padres aseguran que es posible que este año ni siquiera puedan contar con el servicio de Auxiliar Técnico Educativo (ATE) del que han disfrutado años anteriores.

Ante esta situación, las familias solicitan mantener el ATE, además de un incremento de medio AL (Audición y Lenguaje) y de media PT (Pedagogía Terapéutica) respecto del año pasado. «Además de nuestros hijos hay 47 alumnos más que necesitan estos recursos y aun así las peticiones han sido denegadas», subrayan.

Por todo ello, las tres familias afectadas han decidido colaborar de manera conjunta en la plataforma #LlubíInclusiu, gestionada por Jordi Ramis y Marga Pons, portavoces anteriormente de la plataforma #UnATEperenJoan. «La finalidad de esta iniciativa es la lucha por la educación inclusiva y la defensa de la escuela de Llubí para que tenga siempre los recursos suficientes», explican los portavoces.

Por su parte, el centro educativo ya ha presentado la reclamación pertinente ante la Conselleria pero para conocer su resolución aun tienen que esperar al 29 de agosto, con muy poco margen antes del inicio de curso.