Miguel Arias Cañete, ministro de Agricultura.

TW
0

Los países comunitarios deciden hoy si aprueban una nueva variedad de maíz transgénico y ponen fin a la «moratoria de facto» que existe desde 1998 a la autorización de nuevos Organismos Genéticamente Modificados (OGM) en la UE.

Esta paralización de las autorizaciones, conocida como la «moratoria de facto» de la UE a los OGM, ha sido criticada a nivel internacional y ha suscitado las quejas de Estados Unidos, Canadá y Argentina ante la Organización Mundial de Comercio (OMC).

El Comité Permanente de la Cadena Alimentaria -formado por expertos de los Quince- votará una solicitud sobre una variedad de OGM (el maíz «bt11») y si el dictamen es positivo supondrá la primera autorización de la UE a un transgénico para alimentación humana o animal desde hace varios años.

Una decisión positiva en el Comité supone desbloquear el número de expedientes de OGM con dictamen científico favorable (8), pero que no han sido permitidos, porque cinco países se negaban a comercializarlos en su territorio.

En concreto el Gobierno estadounidense, defensor a ultranza de la biotecnología, ha insistido en que Europa restringe el comercio con su política sobre los OGM y ha hecho de este asunto uno de los motivos de controversia clásicos entre las potencias a los dos lados del Atlántico.

Para que mañana sea aprobado el maíz «bt11» es necesaria una mayoría cualificada y aún no está claro el voto de los países pues ya en noviembre, el Comité analizó la solicitud de Syngenta, que afecta sólo a la importación, y algunos países (Austria y Luxemburgo) pusieron objeciones antes de permitir el nuevo transgénico.