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«¿Cómo está?, ¿cómo está?» A la medianoche, frente a urgencias de Son Llàtzer, la actividad es frenética. No paran de llegar coches procedentes de Son Banya, cargados con vecinos del poblado y familiares de 'la Parrala', algo no muy extraño porque allí casi todos están emparentados. Quieren saber cómo evoluciona Josefa, que tiene una bala alojada en el parietal derecho.

El Cuerpo Nacional de Policía movilizó a todas sus unidades disponibles y la Policía Local envió a los UII, GAP y Unitat Nocturna. «Traigan escudos, chalecos antibalas y cascos», tronaba la emisora policial. El riesgo de un nuevo tiroteo era muy elevado, casi tanto como la tensión frente a urgencias.

La consigna queda clara: «Que no pase ningún coche». Se establecen controles a la entrada y salida del hospital y docenas de vehículos, muchos de ellos con gitanos dentro, son interceptados. Sólo pasa sin detenerse una parturienta, por razones obvias, y las ambulancias con heridos. A las doce y media, aproximadamente, se hace oficial lo que algunos ya temen: 'la Parrala' ha muerto. La indignación y rabia se disparan. Hay algunos desmayos y otros vecinos y familiares de la vecina de Son Banya la emprenden a golpes con los letreros de Son Llàtzer. El dispositivo policial se mantiene hasta las cuatro de la madrugada, aunque algunos gitanos anuncian que la venganza es un plato que se sirve frío: «Ya los pillaremos, ya».

Por otra parte, la agencia Europa Press informó de que Josefa Moreno tenía pendiente cumplir seis meses de prisión por un delito de amenazas tras ser condenada a esta pena en el juicio por el 'caso Son Banya' que tuvo lugar el pasado mes de enero en la Audiencia Provincial de Palma, pese a que la sentencia aún no era firme. En concreto, Josefa Moreno se encontraba entre los 25 acusados que finalmente fueron condenados -de los 27 que fueron juzgados- en el juicio celebrado por unos hechos acaecidos en 2006 a raíz del robo de 911.000 euros producido en Son Banya, al que siguieron agresiones y amenazas a los supuestos autores de la sustracción y una trama urdida por el ex inspector de Atracos de la Policía Nacional, José Gómez 'Pepote', para exculpar al clan a cambio de beneficiarse económicamente.

Pese a que finalmente el tribunal de la Sección Segunda que juzgó el caso le impuso seis meses de privación de libertad por el delito de amenazas y un mes de multa por una falta de lesiones, el Ministerio Fiscal pedía para 'la Josefa' cuatro años y medio de cárcel, tres de ellos por dos delitos de detención ilegal.