Imágenes de lo ocurrido a las puertas del supermercado. | R.S.

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La mañana del 30 de abril fue diferente en Plaza Progrés. Un ciudadano magrebí provocó serios altercados en el supermercado de la barriada de Santa Catalina. El individuo pretendía irse de la tienda sin pagar y se enfrentó en varias ocasiones al dependiente que le instaba a pagar y a un trabajador de la zona. La discusión fue entrando en calor hasta que la Policía Nacional acudió hasta este punto de Palma para terminar deteniendo al sospechoso por daños.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 10.00 horas del pasado martes cuando este individuo entró en el interior del supermercado gritando que «tengo hambre, tengo hambre». Acto seguido, cogió comida y tras comer se fue del local sin pagar lo consumido. El encargado le avisó en una ocasión que tenía que pagar por lo consumido y éste se negó en varias ocasiones. Visto el estado de ebriedad que tenía, decidió dejarle ir. «Le dije que se fuera porque ya empezaba a molestar», comentó José Vera, encargado del establecimiento. Sin embargo, el ahora arrestado, volvió a las andadas y entró de nuevo con una actitud muy agresiva. «Empezó a insultar y allí ya le empujé para que saliese otra vez», explicó Vera.

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José Ángel, el pintor que redujo al agresor.

Una vez en el fuera del recinto, el sospechoso comenzó a coger objetos para lanzarlos contra los trabajadores que estaban en su jornada laboral. La situación empezó a caldearse en el momento que cogió una señal de tráfico y la lanzó contra la gente que estaba delante del supermercado. En este momento, José Ángel, un pintor que trabajaba al lado intentó mediar con él. «Le quise calmar en un par de ocasiones, pero estaba fuera de sí y solo amenazaba, tanto a mi como a los del supermercado», manifestó.

Poco a poco, intentó serenar la situación, pero el delincuente no cesó en sus actitudes. «No sé que se había tomado, pero estoy seguro de que estaba bajo la influencia de alguna sustancia», siguió en su explicación de los hechos. Llegó un momento en que la situación fue insostenible y tuvo que usar la fuerza para que parara de arrojar objetos contra las personas. «Le tuve que retener hasta que llegase la Policía Nacional. Con la señal de tráfico puede llegar a matar a alguien», explicó.

Acto seguido, una patrulla de la policía se personó en Plaza Progrés y detuvo al sujeto, que siguió resistiéndose y amenazando a los trabajadores del local en el que había entrado.