El arrestado se cortó los tendones con los cristales del marco de la puerta. | Vasil Vasilev

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«Ha tenido un castigo divino». Éste era el comentario más generalizado entre los miembros de los equipos de emergencia que participaron en la búsqueda y posterior detención de un ladrón acusado de perpetrar un robo en una conocida pizzería de Palma.
Los hechos se remontan, aproximadamente, sobre las cuatro de la madrugada de ayer. Fue entonces cuando los equipos de emergencia fueron alertados de que se estaba produciendo un robo en la pizzería 'Cantanapoli', sita en la Vía Argentina número 25 de Palma.
Rápidamente se desplazaron hasta el lugar del suceso numerosas dotaciones del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local de Palma. A su llegada, los equipos de emergencia comprobaron que la cristalera de la puerta de acceso había sido destrozada.
Según las primeras hipótesis de la investigación, el ladrón llevaba una gran mochila, llena de piedras en su interior. Al parecer, el joven delincuente golpeó la cristalera, la reventó y accedió al local. Una vez dentro, cogió la caja registradora y emprendió la huida.
Los investigadores rápidamente se percataron que en los bordes de la puerta había importantes restos de sangre. Este punto hacía presumir a los agentes que el prófugo estaba seriamente herido.
Con suma celeridad se montó un amplio dispositivo de búsqueda. A los pocos minutos, el oficial del GAP (Grup d'Atenció Preventiva), de la Policía Local de Palma, comunicaba que había detenido al delincuente en la calle Soler, muy próximo a sa Faixina.
Tras incautarle la caja registradora del local, se le leyeron sus derechos y fue trasladado hasta el hospital de Son Dureta para ser atendido por el personal médico. Tras varias horas de intervención, los facultativos comunicaron a los agentes que lo custodiaban que el detenido debería permanecer ingresado en el centro hospitalario como consecuencia de las importantes heridas que tenía. Según información a la que ha tenido acceso Ultima Hora, el supuesto ladrón se cortó los tendones de una de sus manos en el momento que trató de acceder al local con uno de los trozos de cristal que quedaron incrustados en el marco de la puerta.
La noticia del robo levantó una gran expectación en la zona debido a que los hechos se produjeron a las cuatro de la madrugada del viernes al sábado en una zona muy concurrida por la marcha nocturna.