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Un año y medio. Éste es el tiempo que habrá tardado el Ajuntament de Santa Maria en pintar una raya amarilla que prohíba aparcar ante el domicilio de una vecina a quien amputaron una pierna, que sufre un 76 por ciento de discapacidad y que se desplaza en silla de ruedas.
La afectada, que responde a las iniciales de S.M., tiene el domicilio en la calle Joan Mesquida, una vía bastante estrecha cuyas aceras miden unos 60 centímetros. Cuando los coches aparcan ante su portal, S.M. encuentra «serias dificultades» para entrar y salir de su domicilio.
El 20 de enero de 2009, la afectada registró un escrito en el Ajuntament de Santa Maria en el cual solicitaba que se pintara una raya amarilla ante su domicilio. A raíz de una pregunta del PP al respecto, la alcaldesa, Rosa Vich, aseguró en el último pleno que dicha línea «estará pintada el día 1 de julio», cuando los coches puedan volver a aparcar ante el domicilio de la afectada». Ahora no pueden hacerlo porque en el transcurso del primer semestre del año están obligados a estacionar en la otra parte de la calle.
Vich alegó que el Consistorio no ha podido actuar «porque no teníamos ordenanza de vados», y que las lluvias del último invierno, muy frecuentes, han impedido que los operarios municipales pudieran trabajar».
Cuatro años
La afectada ya había pedido antes ayuda a las instituciones. La primera vez fue en octubre de 2005, mediante una petición al Ajuntament que presuntamente se extravió. Al año siguiente dirigió una queja al Defensor del Pueblo, pero tampoco consiguió nada. A raíz de otra queja, el Consell de Mallorca inspeccionó el caso y pidió al Ajuntament (noviembre de 2009) que pintara la línea y que señalizara un aparcamiento junto al domicilio de la afectada.
La portavoz del PP, Antònia Estarellas, considera que los hechos «son escandalosos», y que «demuestran una gran falta de sensibilidad, pues hubiera o no ordenanza, el Ajuntament hubiera podido hacer algo al respecto».