En este sentido, añade que «emociones como el miedo, la desesperanza, la frustración y la impotencia se retroalimentan ya que las necesidades humanas más necesarias como conexión, relación, contribución…no se están cubriendo».
Almarcha recomienda identificar síntomas como sensación de malestar, fatiga, bajo nivel de energía, tendencia al aislamiento y a la introspección y un descenso de la autoestima, ya que «pueden encender las alertas de que la tristeza se ha instalado en ti».
¿Qué se puede hacer para superarlos?
La coach explica que el primer paso para superar esos síntomas es «reconocer el momento vital que estamos pasando, sin juzgarlo y siendo lo más empáticos con nosotros mismos que podamos. Nos han educado con la tendencia de rechazar cualquier emoción que nos genere malestar, pero ahora se trata de gestionarla y digerirla para que saquemos el mayor aprendizaje».
«Saber gestionarlas significa no alimentarlas ni dejarte llevar por ellas. Te puede servir compartir cómo te sientes con otras personas», expone.
Para no retroalimentar continuamente la tristeza ni los síntomas a los que esta aparejada, recomienda intentar «desconectar de toda esa información que, como un bucle, todos los canales de televisión muestran. La exposición continuada a noticias desalentadoras sólo va a aumentar nuestra ansiedad y desesperanza».
Otra medida importante es intentar mantenerse activo cada día, «ya sea caminando por tu casa, saliendo a la calle, bailando en casa…». Se trata de buscar la forma de moverse lo máximo posible y «empezar a sentir los beneficios en tu propio cuerpo y mente».
También señala que «es importante mantener las rutinas diarias relacionadas con la higiene, la alimentación y el descanso. Cuidarse nos genera bienestar y, como consecuencia, ganas de hacer cosas».
Para evitar esa soledad no elegida que nos causa tristeza, insta a mantener el contacto social a través de llamadas y videollamadas. «Ten en cuenta que los demás están igual que tú, todos necesitamos conexión. Así que, no esperes a que los demás lo hagan y da tú el primer paso».
La coach subraya que es muy importante «mantener la ilusión por hacer cosas nuevas que te ayuden a seguir hacia adelante. Focaliza en lo que sí puedes hacer. Quizá te sorprendas de ti mismo».
Otra de las recomendaciones consiste en encontrar y conectar con la intención positiva de esta emoción. «Piensa que estamos ante una emoción que favorece nuestra supervivencia, es decir, céntrate en hacer acciones que te ayuden a salir de esta sensación de malestar, motivándote hacia el cambio».
En este punto, argumenta que «la tristeza en sí misma genera empatía y compasión a los que te rodean. Todos sentimos las mismas emociones, el reconocerlas y mostrarlas hace generar conexión con el grupo y que surja la ayuda que tanto necesitas, necesitamos».
No obstante, advierte que «para salir de la tristeza vamos a requerir un gran espíritu de sacrificio y voluntad, el mismo que te pide la situación actual que estamos viviendo».
Almarcha también busca el lado positivo y destaca que «la tristeza, aunque la podamos vivir con desesperanza, puede ser un motor de impulso y ser más beneficiosa de lo que podemos pensar».
«La situación adversa en la que estamos inmersos y la forma en la que ha sobrevenido ha generado un gran desgaste emocional, muy difícil de gestionar por muchos de nosotros. Nos encontramos con situaciones donde la soledad no elegida, el daño económico, la muerte de seres queridos y las constantes malas noticias, no hace más que aumentar este sentimiento de tristeza e impotencia con las consecuencias aparejadas que esto tiene», expone.
Para concluir, resume que «o que sí te pide esta emoción para que no te rindas y superes este momento es serenidad para poder abordar desde la calma los vaivenes que la vida está dando». También recomienda tener «ilusión para, a pesar de las circunstancias, encontrar un motivo por el que vivir y levantarse por las mañanas»; y «confianza en los seres humanos y en nuestra necesidad de contribuir en el bienestar del otro, porque en el fondo todos tenemos las mismas necesidades humanas».
14 comentarios
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... es una cita de Ignatius, a quien estaba contestando a la par que a ud... yo no invento cosas, eso lo dejo para la iglesia... no busco credibilidad, sólo cuestiono el mundo de las creencias, que es un enorme bulo... hay libertad de credo, cierto, pero no delito de blasfemia -afortunadamente-, por lo que la libertad de credo no protege de la crítica de ese credo... en otras palabras, puedes creer cualquier tontería, la ley nos ampara, pero tu credo es susceptible de ser ridiculizado y ahí no puedes hacer nada, se llama libertad de expresión...así que huelga decir que nunca me meto con la gente, eso que dice es falso y lo sabe... yo no "creo", no lo necesito, vivo feliz y contento y reclamo mi derecho a liberar a los pobres esclavos de las creencias de sus cargas... amén... y ve en paz hermano
¿"al fin y al cabo todos creemos en algo"? ¿me quieres decir dónde está escrito eso. Cuando te inventas las cosas, pasa lo que pasa, que pierdes cualquier credibilidad. Cada uno puede creer o dejar de creer, se llama libertad de credo, y es muy respetable, mientras no se incumpla la ley. Deja de meterte con la gente, simplemente porque tú no crees, y tendrás más paz, además de que la tendrán los demás..
A mi la depre me entró el día que un imbécil pilló el timón, lo otro vino por añadidura.
Prueben a dejar libre a la gente, dejen de prohibirles cosas, dejenles ganarse la vida, visitar a sus familiares, a sus amigos, permitan que se abracen.... Devuelvanles su vida, y verán como dejan de estar tristes.
"al fin y al cabo todos creemos en algo", no es cierto, típico truco de echarle en cara a un ateo como yo sus creencias que no necesito... lo del obispo caradura era en tono jocoso, obviamente no creo que en la iglesia nadie sea líder en nada en nuestra sociedad, otra cosa es que se lo crean, pero hay que hacer que se bajen del burro...cierto es que la iglesia es un cero a la izquierda, por eso no entiendo que aún les demos once mil millones de euros por inercia... "orientar sobre qué creencia es la mejor", tío, la mejor creencia es no tener creencia alguna, aún no habéis entendido que todas son LO MISMO? ser ateo es lo más sano y tranquilizador que existe... siempre he criticado todas las religiones, pues todas son lo mismo, y todas merecen nuestro desprecio más absoluto...
Salir de La Isla.
Tú que estás todo el día, en todas las noticias, despotricando de la iglesia católica , que actualmente no manda nada, podrías iluminarnos y orientar a la gente sobre qué creencia es la mejor. Contra otras religiones, machistas y que defienden el uso del terrorismo para imponerse NUNCA te he visto escribir tan enérgicamente. Suerte con lo tuyo, que raya lo obsesivo.
manumenorca, mescles ous amb caragols. ¿Que tendrá que ver que ese obispo pretencioso se haya vacunado antes del popolo minuta? Probablemente antes que gente que lo necesite más. Ser creyente ayuda a mucha gente a seguir y a tener esperanza. Al fin y al cabo todos creemos en algo. En todo caso, ese líder que aduces que es el obispo me parece que esta muy lejos de ser líder o referente de nadie, más bien el líder puede que sea un carpintero judío. Hay que abrir más la mente!
Siempre he sido muy positiva pero esto mengua todo optimismo, la gestión política y la enorme valentía sanitaria tiene que pesar a la hora de elegir a los gestores. No he visto solidaridad en la élite de la sociedad política esa que mientras cobre sueldos astronómicos siguen en su mansiones y cobrando cada mes de nosotros. Memoria señores...
Una de las principales consecuencias de la pandemia es cómo afecta a la salud mental de las personas y lo poco o nada que se está haciendo en estos momentos para ayudar a la sociedad