Siguen los patinetes

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El tema de los patinetes no ha cambiado para nada una vez asumida la nueva Alcaldía, y ello pese a los muchos anuncios efectuados en ese sentido.

Estos vehículos continúan atemorizando a los viandantes, personas mayores, personas con poca movilidad, madres con niños, en fin, las aceras son un territorio de cuidado, de intranquilidad.

Salvo un par de veteranos policías locales -de esos que ya cuentan los días para jubilarse y retirarse a una vida aún más tranquila que la de policía local-, quienes pusieron multas por unas horas en la calle Olmos y la Plaza España, no se ha observado otro acontecer en ese sentido.

Palma es una ciudad a la deriva en muchas cosas, lo de los patinetes es apenas un ítem más. Y lo que es peor: sin que a nadie se le mueva el jopo, como decía mi abuela.