Tras dos décadas enviando cartas a los periódicos, reivindicando mejoras en la ciudad y siendo el azote de alcaldes, concejales y presidentes, he decidido cambiar de táctica y decir adiós a la utilización de la prensa escrita.
En todo este tiempo, sólo he buscado que la imagen de Palma mejorara y que las deficiencias en infraestructuras, limpieza y jardinería fueran subsanadas. Ha sido una época de desgaste y exposición pública personal en la que no han faltado los reproches («lumbreras», «incompetentes», «inmovilistas»...) hacia los políticos de turno.
Diría que si evaluamos los logros conseguidos, ha valido la pena la batalla, aunque dichos logros hayan sido, a todas luces, insuficientes, pues queda un largo camino por recorrer para que alcancemos, como urbe, la excelencia.
Por ello, he decidido cambiar de táctica y utilizar los correos directos a nuestros dirigentes señalándoles esas deficiencias y solicitándoles su involucración más efectiva, rápida y directa e intentar un mayor entendimiento, sin acritud, en vías de conseguir el objetivo final: hacer de Palma una ciudad más equilibrada, más limpia, menos grafiteada, más verde y más amable.
Y a pesar de que no me retracto de ninguna de esas cartas ni de ninguna de mis reivindicaciones, como prueba de buena voluntad aprovecho estas líneas para pedir disculpas al alcalde, José Hila; a la señora Angélica Pastor y al señor Perpinyà, principales objetivos de mis diatribas, si se han sentido públicamente vapuleados.
Espero que, finalizados los reproches, podamos establecer una nueva vía de concordia y entendimiento en beneficio de nuestra ciudad. Y para finalizar, quisiera dar gracias a todos aquellos que me han leído, jaleado y estimulado en mi cruzada. En especial, a Ultima Hora.