Vamos, que Balears está en la cola de vacunaciones, la última de todas las comunidades, por debajo incluso de las ciudades autónomas africanas, y nadie en Madrid atiende las urgencias de Francina Armengol, de los empresarios de SOS Turismo o de las plataformas pro-vacunación y economía. Nada de nada. ¿Cómo se come esto, si gracias a Balears y al turismo se mantienen servicios, administraciones e infraestructuras de toda España? Por no hablar de los políticos, claro.
A ver si se nos damos cuenta ya de que votar a estos partidos «nacionales » es una estafa y nos miramos en Canarias.