Mientras la peor gota fría de la historia azotaba Valencia y la tragedia crecía minuto a minuto, el presidente de la comunidad no se encontraba en la sala de crisis. Estaba en una “comida” con una periodista, un “almuerzo” tan extenso que le hizo llegar dos horas tarde a la reunión del CECOPI, donde se intentaba coordinar una respuesta de emergencia.
Esas dos horas habrían hecho la diferencia para cientos de familias que hoy lamentan pérdidas irremplazables. La DANA no esperó, y la ciudadanía tampoco debería hacerlo ante un gobierno que prioriza sus “compromisos” personales sobre la vida de los suyos.
La diferencia es que, cuando Kennedy “comía” con Marilyn, no se estaba produciendo ninguna DANA.