El respeto hacia los animales no es sólo una cuestión ética, sino un indicador del nivel de civilización de una sociedad. A pesar de los avances en legislación, el maltrato y el abandono animal siguen siendo problemas alarmantes en nuestro país.
Cada año, miles de animales son abandonados, condenados a vivir en la calle o a ser sacrificados en refugios desbordados. Pero este problema no se limita a las mascotas. La explotación intensiva en la industria alimentaria, el uso de animales en espectáculos y la caza indiscriminada, también forman parte de un escenario desolador que debemos cuestionar.
Es fundamental que las instituciones educativas incluyan programas que fomenten el respeto y el cuidado hacia los animales desde edades tempranas. Además, necesitamos una legislación más estricta que, por un lado, penalice de forma contundente a quienes maltratan animales y por otro incentive las alternativas éticas y sostenibles en sectores como la alimentación o el entretenimiento.
Proteger a quienes no tienen voz no es solo una muestra de compasión, sino un paso necesario hacia un mundo más ético, sano y equilibrado.
Firmado:
Mar Martínez Monerris