Un momento del partio disputado en Son Malferit. | P. Pellicer

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Atlètic Balears 2 – 0 Mallorca B

Atlètic Balears: Víctor Pérez, Vich, Bernat Alomar, Alfonso, Biel, Esteban, Miguel (cuenca, min. 86), Jairo (Cristian, min. 76), Alejandro, Fullana y Thilo (Fathi, min. 89).

Mallorca B: Enrique, Álvaro, Artilés (One, min. 59), Raúl, Kasim, Nicolás (Vidal, min. 54), Sergio, Damiá, Cedric, Thomas y Kike Seno (Julen, min. 46).

Goles: 1-0: Alejandro, min. 21. 2-0: Fullana, min. 33)

Tarjetas. El colegiado amonestó a los locales Esteban, Bernat Alomar, Biel, Víctor Pérez, Thilo y Vich, así como a los visitantes Thomas, Kasim, Sergio, Julen y One. Asimismo, expulsó por doble amonestación al local Biel y al visitante Kasim.

El Atlètic Balears ha conseguido certificar su permanencia un año más en Segunda División B al imponerse por 2-0 al Mallorca B, que se queda a un punto de los puestos de descenso. El filial del Mallorca dependerá de sí mismo en el partido en casa ante el Hércules para salvar la categoría.

La pegada del conjunto blanquiazul marcó las diferencias en un primer acto en el que el filial mallorquinista se había adueñado del balón en los primeros compases. El primer tanto de Chando, que remató al fondo de la red una falta lateral servida desde la derecha por Jaime en el minuto 21, allanó el camino de los locales y supuso un duro golpe para el Mallorca B. Con el filial tratanto de recomponerse tras el golpe, llegó el segundo tanto local, obra de Fullana al disparar ajustado al palo desde la frontal después de una jugada individual.

Olaizola añadió mordiente al juego ofensivo bermellón en la segunda mitad con la irrupción de Julen, pero la expulsión del visitante Kasim a los12 minutos de la reanudación lastró sobremanera al filial. El Atlètic Balears tiró de oficio para ralentizar el ritmo del juego y el Mallorca B, encomendado al juego directo, dispuso de su mejor ocasión con un remate al palo de Brandon, el más destacado del grupo de Olaizola. La tensión suscitó varios encontronazos que no pasaron a mayores en un derbi cuyas revoluciones fueron descendiendo a medida que el cansancio comenzó a hacer mella.