El capitán del Atlético Baleares, Francesc Fullana, celebra uno de los goles de Nuha Marong en el partido ante el Lleida en Son Malferit. | Jordi García (Efecto)

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La historia reclama este domingo al Atlético Baleares. El Sardinero mide el sueño de los balearicos, que esta tarde (18:30/Cuatro) retan al Racing de Santander en un primer asalto clave para el desarrollo de la eliminatoria de campeones por el ascenso a Segunda. El conjunto de Manix Mandiola está ante el primero de los dos partidos que le separan de regresar a la división de plata tras 56 años de espera y para dar el primer paso hacia su gran objetivo pretende atrapar un resultado positivo que le permita completar su gesta en su fortín de Son Malferit.

El Atlético Baleares quiere trasladar al momento culminante del curso las prestaciones y la dinámica de trabajo que le llevaron al título liguero. Apoyado en la unión de su plantilla, fiabilidad, capacidad competitiva y orden defensivo, el grupo blanquiazul luce la bandera de la ilusión ante un rival más presionado. Por presupuesto, plantilla, experiencia en estas rondas e historia la obligación recae en el conjunto cántabro, que contará con el factor ambiental que le concede el respaldo de más de 20.000 fieles.

En una eliminatoria que puede resolverse en 180 o incluso 210 minutos y penaltis, el Atlético Baleares tiene claro que su misión es jugar con cabeza y salir vivo de El Sardinero. Marcar fuera de casa sería un valioso botín para los de Mandiola, que fiel a su libro de estilo ha rebajado la presión. Sin ocultar la trascendencia del partido, el preparador ha enfocado a los suyos en la necesidad de vivir la semana como una más del año y jugar el partido como lo han venido haciendo en la liga.

El entrenador eibarrés no ha planteado grandes cambios en la forma de trabajar antes del partido promoviendo la naturalidad y la humildad que ha sido la tónica habitual. Bajo esta premisa se espera que dé continuidad al mismo planteamiento al que ha recurrido en el grueso de desplazamientos ligueros.

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La principal duda reside en la punta de ataque, donde Marcos Jiménez de la Espada ha sido el recurso más habitual a domicilio. El pollencí apunta al once pese al momento goleador de Nuha Marong, ya que el previsible cerco del Racing en la primera parte invita a contar con un jugador capaz de aguantar el balón y jugar de espaldas para exprimir en la segunda mitad la velocidad.

Con la estructura defensiva habitual, Fullana algo más adelantado en el centro y las bandas ocupadas por Canario y Samuel Shashoua, Marc Rovirola se perfila como otra de las novedades como acompañante en la sala de máquinas de Alberto Villapalos, una pieza fundamental en labores de contención y en las acciones a balón parado.

Mientras Manix Mandiola dispone de todos sus efectivos y el ATB confía en que la tercera sea la vencida tras los intentos fallidos de la 2011-12 y 2016-17 pese al hándicap de jugar en un campo grande, el Racing presenta bajas significativas, entre ellas, la del central Jordi Figueras, Kitoko y la de su máximo goleador, Jon Ander, en el dique seco tras su grave lesión en la rodilla. Otro de los pesos pesados del equipo como el exjugador de Osasuna Álvaro Cejudo vuelve tras lesión e Iván Ania podría tirar de él en la segunda parte.

El Racing llega al duelo con las dudas que ha suscitado un tramo final del curso en el que ya se sabía campeón desde hacía semanas. Los cántabros, que pueden presumir de pegada en las acciones de estrategia y una plantilla con varios exPrimera, tienen un estilo pragmático y se adaptan al rival con el que se enfrentan. El Sardinero es otra de sus bazas y el escenario en el que el Atlético Baleares mide su sueño.