Pichichi. Dioni Villalba está confirmando los buenos registros de toda su carrera. Promedia un gol por partido y es una de las bazas del ATB para soñar con el ascenso. | ATB

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Desde aquel tanto que le marcó al Roquetas con la camiseta del Caravaca un 30 de agosto de 2009 hasta el conseguido el pasado domingo frente el Betis B con el Atlètic Baleares, Dionisio Emanuel Villalba Rojano (Málaga, 1989) ha convertido el gol en su forma de vida. Es el mejor realizador del Grupo II de la Primera RFEF con 5 goles en cinco partidos y ya ha superado a Diego Cervero -otro ex del ATB- como el máximo goleador histórico en activo de la categoría de bronce con más de 140 goles en una carrera que, a sus 31 años, le ha permitido residir en una decena de clubes diferentes y vivir un efímero paso por Primera División hace una década -debutó con el Deportivo de Lotina- y por Segunda con Hércules -le marcó un gol al Mallorca en el Rico Pérez- y Cádiz. Ahora, después de una trayectoria marcada por los constantes cambios, busca la consolidación en un Atlètic Baleares que le «ha sorprendido» por su buena organización y en el que se encuentra «muy feliz».

La vida de Dioni Villalba ha sido una montaña de rusa de emociones y experiencia. Malagueño de nacimiento, se marchó al Murcia en edad juvenil para iniciar una carrera de norte a sur y de este a oeste del país. Se estrenó en categoría profesional con el Caravaca, que se estrenaba en Segunda B. Allí comenzó a dar muestras de su facilidad para encontrar huecos en la portería rival (11 goles en 34 partidos) y llamó la atención del Deportivo. «Firmé y Lotina me llamó para hacer la pretemporada con el primer equipo.

Debuté en un partido ante el Cardiff y ganamos con un gol mío. Estaban Lassad, Riki y Adrián en el primer equipo. Me estrené en El Madrigal ante el Villarreal», recordaba este martes Dioni a este periódico.

El descenso del conjunto coruñés, que bajó a Segunda por su derrota en Riazor ante el Valencia en el mismo día que el Mallorca de Laudrup se salvó en aquella agónica última jornada, propició su marcha. «Me dijeron que sería el cuarto delantero en Segunda y con 21 años lo que quería era jugar. Entonces firmé por el Granada en Udine -la familia Pozzo controlaba varios clubes- y comencé un periplo de cesiones», apunta el delantero. Este carrusel de cambios le llevó hasta Cádiz, Leganés o Oviedo cuando estaban en Segunda B, con un paréntesis en la categoría de plata con el Hércules y el conjunto madrileño. «Creo que me faltó estabilidad y continuidad para triunfar en Segunda. Solo logré un ascenso, fue con el Oviedo, pero estaba cedido y al año siguiente jugaba en el Racing en Segunda B».

Paradójicamente, en las últimas temporadas Dioni ha encontrado cierta estabilidad con dos temporadas en Fuenlabrada (47 goles en 82 encuentros) y tres en la Cultural.

El delantero malagueño se decantó, admirador de Benzema en la actualidad y de Zidane en otra época, se decantó por la oferta del ATB por «la insistencia que mostraron. La verdad es que no me arrepiento, más bien todo lo contrario. Soy muy feliz aquí. Me he encontrado un club muy profesional, que trata muy bien a los futbolistas y que está preparado para subir a Segunda».

Dioni se congratula por el buen arranque de temporada. «La Liga es muy competitiva y con muchos clubes llamados a estar arriba. ¿Nosotros? Tenemos buenos jugadores y trabajamos para ello; pero debemos ir paso a paso».

Dioni alaba la pasión del propietario y los conocimientos del técnico. «Nos los conocía y me han sorprendido gratamente». Así es Dioni, el gol del ATB.