Imagen del entrenador del Atlético Baleares, Onésimo Sánchez, dando instrucciones durante el partido que enfrentaba a su equipo y al Cornellà en el Estadi Balear. | Miquel Àngel Borràs

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Cinco jornadas sin ganar y un balance de cinco de los últimos 18 puntos posibles han agudizado la crisis del Atlético Baleares, que ha tomado la decisión de destituir al hasta ahora entrenador, Onésimo Sánchez. La derrota ante el Cornellà ha colmado la paciencia del máximo accionista de la entidad blanquiazul, Ingo Volckmann, por el fondo y las formas y propicia otro golpe de timón en la nave balerica para intentar salir de la deriva en la que está instalado y que ha convertido la permanencia como único objetivo de la temporada.

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A pesar de las múltiples bajas con la que llegaba al partido ante el Cornellà y con los fichajes del mercado de invierno en proceso de adaptación, lo cierto es que el Atlético Baleares ha involucionado. La derrota en el Estadi Balear, donde no gana desde noviembre, dejó en evidencia que es un equipo vulnerable en defensa, espeso en la construcción, ineficaz de cara a portería y atrapado por la ansiedad de una situación que dista mucho de las pretensiones del inicio del curso. Todo ello ha provocado esta tarde una reunión entre el director deportivo, Patrick Messow, y el secretario técnico, Jordi Roger, en la que se buscan soluciones, que inicialmente pasan por buscar un relevo de la casa. El preparador del filial, el Santanyí, José Antonio García Escudero 'Tato' es el mejor colocado para asumir un nuevo relevo en el banquillo que está pendiente de la confirmación oficial por parte del club.

El efecto Onésimo se ha evaporado tras el esperanzador estreno ante el Nàstic. Se ha pasado de la euforia a la depresión en seis actos. Y es que desde la victoria en Tarragona en el debut del vallisoletano en el banquillo, el ATB ha sumado dos de los últimos 15 puntos en liza convirtiéndose en el peor equipo de la liga en este tramo de competición. Un empate jugando contra nueve prácticamente una parte y dos derrotas en casa, una de ellas jugando media hora contra diez, han torpedeado aún más la travesía de la nave blanquiazul, que deja la impresión de estar en una peligrosa deriva en la que su máximo responsable reconoce que no ha sabido convencer a sus hombres de lo que quiere.