El escolta de Serbia, Ivan Paunic (c), junto al resto de compañeros celebran la clasificación tras vencer a Croacia. | Efe

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Serbia 73

Croacia 72

Serbia (19+15+20+19): Teodosic (3), Rasic (15), Bjelica (3), Krstic (16) y Velickovic (7) -equipo inicial-, Tepic (2), Paunic (2), Markovic (2), Savanovic, Keselj (5), Perovic (10) y Macvan(8).

Croacia (27+9+14+22): Ukic (11), Bogdanovic (9), Tomas (6), Tomic (6) y Banic (10) -equipo inicial-, Popovic (21), Kus y Loncar (9).

Àrbitros: Christiano Maranho (BRA), Anthony Jordan (USA) y Scott Butler (AUS). El croata Loncar fue eliminado por cinco personales.


Serbia se convirtió en el primer cuartofinalista del Mundial de baloncesto al vencer, por la mínima, 73-72, a una Croacia que lo intentó hasta el último segundo en un partido con alternativas, tensión y nervios.

Pese a 5-0 inicial que Serbia le endosó a Croacia, lo cierto es que los serbios acusaron ciertos problemas en ataque debido a la falta de puntería, principalmente, mientras que los croatas estuvieron mejor en defensa y corrieron el campo en busca de canastas fáciles.

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El 19-27 de los diez primeros fue un buen reflejo con Dusan Ivkovic, entrenador serbio, fiel a sus principios pese a la adversidad del resultado. El técnico suele jugar con dos quintetos completamente diferentes en los dos primeros cuartos, en los que hace mínimos cambios.

Con el nuevo equipo, Serbia puso una marcha más a su juego, se revolucionó y dotó de más velocidad a todas sus acciones, por los que en el minuto 12 ya le echaba el aliento en el cogote a Croacia, 25-27, y a los seis minutos lograba el empate en el marcador, 29-29, tras un parcial de 10-2 ante una Croacia en zona que parecía no reaccionar.

Sin embargo, el empate tuvo un efecto catalizado en Croacia que volvió a mover el balón a dar velocidad al pase y a buscar la mejor posición de tiro para sus lanzadores, por lo que se fue al descanso con una mínima ventaja en el marcador, 34-36.

El tercer cuarto ya fue un típico exponente de unos octavos de final de un Mundial. Con la presión creciendo, el marcador se ajustó a estrechos márgenes, ora para Serbia, ora para Croacia, casi en una perfecta alternancia.

Sólo en el último minuto, Serbia sacó a relucir una zona 1-3-1 que le permitió adquirir cuatro puntos de ventaja, 54-50.

Con el partido abierto para los diez minutos finales, llegaron los nervios, la presión, las pérdidas y recuperaciones de balones, los fallos. Cada balón valía su peso en oro y los jugadores de los dos equipos eran conscientes de ello.

Serbia dio el primer paso al mostrarse más incisivo en ataque, 61-54 en el minuto 34 y colocarse en una zona muy abierta, que era precedida de presión en toda la pista tras canasta propia. Croacia volvió a perder el paso, pero lo recuperó para llegar al último minuto con solo dos puntos de desventaja, 67-65 y con uno, 68-67, a falta de 24 segundos.

Un fallo serbio permitió recuperar el balón a Croacia y empatar, tras anotar un sólo tiro libre tras personal, 70-70, a falta de 11.6 segundos para el final. Todavía hubo dos canastas más, una para cada equipo y seis segundos para terminar el partido. Rasic, uno de los veteranos serbios con 26 años, asumió la responsabilidad, aguantó y le hicieron personal a falta de un segundo. Anotó el primer tiro y falló adrede el segundo. Serbia ya estaba en cuartos de final.